EL MATRIMONIO

Fuimos invitados a una tertulia y después de una comida opípara, comenzamos un tema muy trascendental, como es el del matrimonio, se hicieron preguntas interesantes y hubo respuestas, que de acuerdo a múltiples factores, todas tenían su razón y su causa, pero en síntesis general todos estuvimos de acuerdo en que el eje donde debía girar para que fuera exitoso y permanente era el amor.

¿Qué hace que el matrimonio permanezca?

Respecto, buena comunicación, tolerancia, responsabilidad, confianza, entrega, comprensión, perdón, amor y buena relación con Dios. Fueron algunas de las cosas que los participantes aportaron de acuerdo a sus propias experiencias, nótese que ninguno menciono la pasión como fundamental, aunque sabemos que en cierto tiempo y circunstancias ella está presente, pero no ocupa un lugar de preeminencia en los matrimonios sólidos y duraderos.

Creo que debido a que la pasión funciona por medio de estímulos y sensaciones y por supuesto todo lo que se base en los sentidos se desvanece con la misma velocidad con la que se aparece. Escuche en un dialogo en una película que no me acuerdo de su nombre, una frase que nunca se me olvido: "·la pasión termina, el amor permanece" y creo que, los que conocen el verdadero amor, jamás lo fundamentan en bases tan endebles como la pasión.

Ahora bien ¿Por qué el matrimonio está en crisis? porque el postulado y de mayor valor  que disponía se elimino, el cual consistía en que era para toda la vida y solo la muerte tenia poder para terminarlo, en el tiempo que vivimos se repiten ante el que oficia el sagrado vinculo las mismas palabras y se asumen los mismos compromisos, pero parece ser que se sigue la superchería, de cruzar los dedos, para que el compromiso no tenga valides y de esa manera cuando surjan los inconvenientes podamos romper el pacto sin ninguna culpa o remordimiento.

¿Cuál es el punto de quiebre del matrimonio? ¿Qué es lo que se admite como razón valedera para terminar un matrimonio? 

Para la mayoría existen infinitas causales, una de ellas muy de moda es: se acabo la pasión y cuando se acaba la pasión el matrimonio muere. Tienen mucho éxito las publicaciones literarias sobre la manera  paras combatir el tedio, la rutina y todo aquello que explique métodos para mantener viva la pasión, como si lo único que hace que el matrimonio perdure es la fulana pasión.

Algunos después de varios años de matrimonio y con algunos hijos descubren que tienen incompatibilidad de caracteres, es algo muy extraño pero suficiente para que un juez pronuncie la ominosa frase: están divorciados. Sin embargo el punto de quiebre principal es que no hay vida espiritual en los conyuges y de esa manera es imposible vencer los obstáculos, porque, lo que hace que el amor permanezca, es estar amalgamado con El que es amor: Dios. Aquí no se trata  del amor pasional, del erótico, sino del amor ágape, el de Dios, que es infinito e ilimitado.

En este punto es donde el amor todo lo puede, no tiene techo, es amplio, largo, ancho y profundo y puede perdonar todas las flaquezas y debilidades del otro, soportando porque tiene la capacidad de sobrellevar las cargas, no por imposición, sino por decisión, como apostillaba uno de los  participantes: decidimos ser felices. Pero con toda certeza esa felicidad perdurara si El Creador  está en medio de ella; alguien comparo la unión matrimonial con una tijera diciendo: cada hoja de la tijera representa a un consorte y el tornillo que la une y la hace útil es Dios. Si ese tornillo desaparece, las hojas se convertirá en unas armas punzantes y peligrosas al estar separadas y solo servirán para hacer mal.

Esa es la razón por la que la mayoría de los matrimonios en crisis  usan los hijos contra su pareja y si culminan en divorcio, terminan siendo enemigos acérrimos. Todo por la dureza del corazón, incapaz de perdonar, porque no hay amor, porque a su vez se termino la relación con Dios. Es una cadena que comienza con Dios y termina eliminando a Dios.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.