jueves, 15 de febrero de 2018

Pensamientos y reflexiones


 La persona que piensa y reflexiona puede atravesar las murallas sin derribar las paredes.
Un pensamiento es un bumerán dentro de la mente  y se convierte en una saeta cuando sale del campo subjetivo y se hace objetivo.
Una reflexión es una idea rumiada  hasta convertirla en un poder con  fuerza de tal magnitud que rompe las fronteras naturales de la mente y se expande al mundo de lo tangible y realizable.
Una persona que piensa es talentosa, una que reflexiona es sabia.
Los tiranos y los opresores les temen a los pensadores, y entran en pánico cuando descubren que usan la reflexión para madurar sus ideas.
No existen hombres libres, si sus ideas están sujetas  ideales políticos, la política es una forma de opresión y la opresión restringe la libertad y la libertad restringida es esclavitud disimulada.
El que usa las leyes para coartar la libertad, está al margen de la legalidad.
Todo tirano sueña con que los que están bajo su yugo, se sometan a sus decisiones sin objeciones, para fortuna de todos jamás podrá controlar sus mentes y ese es su talón de Aquiles para su infortunio.
Cuando los hombres abren sus mentes para que salgan las ideas libertarias, ninguna barrera de contención impedirá que cumplan sus sueños.
 Los pensamientos sufren de confinamiento sino se abren las compuertas de la mente dejándolos escapar para que su metamorfosis se complete, dejando de ser ideas y se conviertan en realidades.
Un pensamiento es inocuo, sino escapa y se hace materia en el mundo real.
Los pensamientos abundan y las determinaciones escasean.
La reflexión madura el pensamiento hasta darlo a la luz y lo convierte en realidad.
Los pensamientos alcanzan su estatus de sobresalientes con la reflexión y su y su  adultez cuando abandonan el confort de la mente y toman la ruta de las acciones.
Un pensamiento nace en la mente, se nutre con la reflexión y logra su objetivo cuando se ejecuta en la práctica.
Piensa, reflexiona y actúa, pensamiento sin reflexión es peligro latente y acción sin pensar es peligro mortal y pensamiento sin acción no tiene  validez.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.

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