El
socialismo habla de compartir, empleando la fuerza y la violencia, obligando
según sus propios criterios a dar al poseedor de algo, al que no tiene, eso no
es compartir, sino quitar y robar, compartir es un acto voluntario, no una
imposición, no puede ser un decreto, porque está en contra del derecho ajeno,
de allí que las expropiaciones se convierten en un abuso de poder y en un
delito, y todo delito debe ser castigado por la ley.
El grave problema
que tenemos es que el gobierno se cree omnímodo y omnipotente y que tiene
licencia de corso y el pueblo le da poder para hacer todo aquello que sea de
beneficio general y que esté aprobado por los poderes que le hagan contrapeso,
pero si todos los poderes los tiene secuestrados y a su disposición, no ejerce
la democracia, aunque allá sido elegido en democracia.
Toman
cualquiera sea la decisión e invocan la manera en que recibieron el apoyo de
las mayorías para ejercer el poder, pero dejan de lado la aprobación de los que
los adversan en la política, esto se llama totalitarismo, porque todos están de
su lado y asienten y consienten cualquiera sea el exabrupto que cometan.
Tomemos como
ejemplo la asamblea nacional, es el órgano legislativo legalmente constituido,
pero ilegalmente inhabilitado porque era el único poder del Estado que no
estaba de acuerdo con las políticas del gobierno y valiéndose de argucias
leguleyas y de adefesios jurídicos la sacaron del juego, el resultado es que
pasan por encima de ella y aprueban y desaprueban lo que se les antoje ¿Es eso
democracia?
El
totalitarismo ejerce sin control de ningún ente regulador todo el poder y le da
a cada delito que cometa la aprobación de legalidad y a cada acción de la
oposición, el tinte de sedición y ataque a la “democracia representativa y protagónica”.
Este término en estos momentos, no es más
que una concha vacía a la cual se le ha extraído el jugo, como cuando
exprimimos una naranja ¿de qué sirve la concha de la naranja?
Se piensa
que un gobierno dictatorial surge de un golpe de Estado, los hechos y la historia cuentan otra cosa,
porque las peores dictaduras no han sido producidas por golpes de Estado, sino
por elecciones populares, donde los gobernantes electos han aprovechado las
circunstancias y después de ostentar el poder han dado un viraje de 180º y al
pervertir la legalidad, se convierten en usurpadores del poder, así sea el
pueblo quien los eligió en primera instancia, o llegaron por otro
mecanismos distintos a la elección
libre, podemos recordar algunos de ellos: el catastrófico canciller alemán
Adolfo Hitler, creador del horrendo nazismo; el narcisista duce italiano, Benito Amílcar Andrea Mussolini, fundador
del pérfido fascismo, solo por nombrar dos de los cientos de enfermos que han
obtenido el poder sobre algún país y han ejercido el totalitarismo, todos sabemos
las consecuencias y hoy en este momento estamos viviendo en carne propia el
agrio y amargo resultado del régimen que tenemos, no es un hecho histórico,
sino la realidad presente.
Quien diga
que tenemos democracia, no sabe lo que es democracia, este pueblo va camino a
la destrucción porque ha perdido la dignidad y espera que el gobierno sea quien
lo sostenga y se olvidaron que la independencia se obtiene con trabajo, depender
de otros para vivir es ser esclavos de sus caprichos y decisiones y al único
que debemos sometimiento, es al Señor Dios del universo, porque está escrito: Al
Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás. (MT. 4:10)
Por el
pastor: Fernando Zuleta Vallejo
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