domingo, 5 de febrero de 2012

LAS QUEJAS







No te quejes por la lluvia porque sin ella no habría vida en la tierra.
No te quejes por el sol porque sin él no habría luz ni día.
No te quejes por las noches porque sin ellas no podrías ver las estrellas.
No te quejes por el viento porque sin él no tendrías frescura.
No te quejes por los ancianos, porque si vives lo suficiente serás uno
de ellos. 
No te quejes por los niños porque tú fuiste uno de ellos.
No te quejes por el trabajo porque sin él no tendrías el sustento.
No te quejes por la soledad porque sin ella no extrañarías la compañía.
No te quejes por las dificultades porque sin ellas no tendrán merito tus éxitos.
No te quejes por la espera, porque entonces nunca alcanzaras la paciencia.
No te quejes por el sufrimiento, porque si no existiera no buscarías la felicidad.
No te quejes por el dolor, porque si no lo conocieras no tendrías compasión.
No te quejes por la falla del amigo, porque tú no eres infalible.
No te quejes por el defecto ajeno, porque tú no eres perfecto.

El mundo vive en una constante angustia y en una agonía permanente y con las quejas lo hacemos más tétrico y sombrío.
Las quejas siempre llevan el cello de la inconformidad, que combinado con los sentimientos de impotencia son una mezcla poderoso para hacernos infelices y amargados.

No existe peor acompañante que un individuo frustrado, que se lamenta permanentemente de lo que pudo ser y no fue y nunca hace ni el mínimo esfuerzo por vencer las dificultades y superar los obstáculos. La vida que vive para lamentarse, no puede ver las oportunidades, porque el estado quejumbroso anula toda la visión en el presente impidiendo ver las soluciones a los conflictos en el futuro.

El que hace de su vida una queja permanente se sumerge cada vez más profundamente en las aguas putrefactas del oscurantismo, desarrollando negativamente la capacidad de permanecer en la calamidad. El quejumbroso es un pesimista compulsivo que no ve opciones en ninguna parte, sino imposibilidades y fracasos.

Hay que ver la vida con optimismo, sin caer en lo iluso y fantasioso con la esperanza de que las cosas pueden cambiar, porque aunque sea muy tortuoso el camino siempre JESUCRISTO ofrecerá un remanso de paz.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.









1 comentario:

  1. excelente!!! entre tantas quejas pocos se dan cuenta que terminan quejandose hasta de como Dios creo las cosas

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