Son las inclinaciones a determinados fines; creer que todo lo que hacemos, pensamos o decimos es lo mejor o está bien, sin tener en cuenta el pequeño detalle que nos equivocamos permanentemente en los juicios o apreciaciones que hacemos de los demás, pero que jamás medimos con el mismo racero lo que hacemos personalmente, por la propensión perniciosa de ser blandengues con nosotros mismos.
Siempre estamos señalando el comportamiento ajeno, pero nunca nos detenemos a pensar si el nuestro es adecuado, es tarea permanente endilgarle a los demás las causas de nuestros fracasos, pero somos muy indulgentes con nosotros mismos al auto-juzgarnos para descubrir cual realmente es la razón del tropiezo, algunos para no responsabilizarse toman el atajo intrascendente de achacarle al inexistente destino la razón por la que no lograron o no alcanzaron lo que deseaban, descargando en algo tan intangible la causa que les impidió realizar sus metas.
Da calor y frio escuchar a los duchos en materia esotérica hablar sobre la conjunción de los astros y las causas por las que no pasan o pasan ciertos acontecimientos, en el individuo o en el colectivo, tratando de dar explicaciones del futuro, por el simple hecho de la alineación o no de las fuerzas gravitacionales de los planetas, ¡que tragedia más grande para el género humano si sus vidas están regidas por las idas y venidas de los componentes del espacio sideral¡
Lo peor de todo es manipular los acontecimientos pasados para quedar bien en el presente, cuando no hemos sido capaces de superar las etapas que juzgamos impropias por los que nos antecedieron y que aún están presentes ocasionando males mayores, por la inclinación perversa de ver todo mal en lo que otros hicieron y todo bueno en lo que nosotros hacemos.
La vida de los seres humanos está plagada errores, pero también está llena de aciertos, se compone de las dos cosas, en los primeros hay una muestra real de lo que somos, en lo segundo una contundente de lo que podemos ser, y aunque son opuestas las proporciones, no es posible eliminar alguna de las dos mientras estemos viviendo en este globo terráqueo, aprendamos de los errores para ser sabios y hagamos lo correcto para llegar a la perfección.
Miraba pasar en una callejuela convertida en un rio por las lluvias recias a los transeúntes que forzosamente tenían que sortear las dificultades para llegar al lugar que cada uno tenía propuesto y en una parte donde fluía con más intensidad el agua, debido al declive del terreno, algunos que pasaron primero, habían colocado un madero cilíndrico que hacía de puente entre la calle y la acera, era muy inestable y cuando se daba el paso fuera del centro, hacia un medio giro, que terminaba por hacer caer a la persona en el arroyo dándose el chapuzón inesperado que quería evitar. Varios dijeron improperios por la persona que coloco el tolete, pero ninguno hizo nada para que la idea que era buena se mejorara y así hacerla útil para todos. Era más fácil indudablemente achacarle la causa del error que cometía, todo el que se paraba mal, al que había tenido una buena idea pero que necesitaba mejorarse, que aportar una solución que beneficiara a todos.
Si todo lo que se hizo en el pasado está mal hecho me podría decir ¿Cómo se siente Ud.? Si todo lo que hace en el presente es bueno ¿Por qué las cosas están tan mal? Todo es cuestión de apreciación, pero sobre todo ser ecuánimes, realistas y tener una buena dosis de imparcialidad.
Solo viendo a los individuos como los ve su Creador, lograremos vernos nosotros como somos y agradecer al Omnipotente por sus obras maravillosas y una de ellas eres tu mí querido amigo tal como eres con defectos y virtudes.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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