Las expectativas son el deseo de conseguir algo sin hacer nada para lograrlo, en otras palabras son anhelos depositados en la bruma de las ilusiones, de hecho casi nunca se llegan a cubrir, dependen mucho de la casualidad, razón por la que muy pocas personas llegan a cubrirlas en su vida.
La historia, la experiencia y las vivencias nos han demostrado y nos enseñan permanentemente que los hechos fortuitos se suscitan pero de ninguna manera apuntan a logros de beneficio o de triunfo, siempre se están dando, siendo en un alto porcentaje más perjudiciales que benévolos. En ese contexto el que vive a la expectativa podrá tener mayormente malos resultados. Es como tener una casa inclinada y esperar que se dé un temblor de tierra para que se nivele, eso por supuesto es muy improbable, lo más seguro es que si se da el sismo, la casa no se nivelara, pero con seguridad se caerá.
Las expectativas generalmente están sustentadas por lo incierto, razón principal por la que no se cumplen muy frecuentemente; aunque las planificaciones fallan o no se cumplen al pie de la letra, sin embargo son objetivas y realistas, ya que tienen en cuenta una variada actividad para conseguir los objetivos que se quieren, lo cual está totalmente ausente en las famosas y devaluadas expectativas. Nadie podrá cubrir la mayoría de las expectativas, pero si la mayor parte de las metas que se propone, ya que las primeras dependen del azar y las segundas de las acciones.
No podemos vivir esperando que sucedan las cosas, es imprescindible tomar decisiones que se concreten en hechos palpables, las realizaciones son la concreción de las acciones, las expectativas son las ilusiones de las mentes envueltas en la nebulosa de lo utópico.
Cuantos lamentos y quejas se oyen de los practicantes y seguidores de las expectativas ¡ay, espero que el mundo sea diferente ! ¿qué haces para que el mundo sea como quieres? En que estas contribuyendo para cambiarlo? Nada podemos arreglar esperando que se acomode por sí solo, es necesario hacer contribuciones y realizaciones individualmente; podemos esgrimir la disculpa de que una sola persona no podrá cambiar el mundo, estoy de acuerdo con ello, pero no todos pensamos igual, además el buen pensamiento puede encontrar seguidores y puedes motivar a otros y ya no estarás solo contra el mundo, el gran rió Amazonas comienza con un insignificante arroyuelo y en la medida que va avanzando va engrosando su caudal y después de recorrer miles de kilómetros cuando hace su entrada triunfal en el Atlántico, se ha convertido en el más caudaloso y formidable rió del planeta tierra, tanto que su ímpetu es tan arrollador que 400 kilómetros mar adentro se consigue agua dulce de tan majestuoso e imponente torrente de este liquido vital.
Cambia las expectativas por realidades y tendrás todas las posibilidades de alcanzar objetivos, no vivas con la vaga ilusión de que puede pasar, eso es ser un individuo sin compromisos y sin desafíos, por supuesto que no eliminaremos las dificultades, pero si tendremos muchas opciones de hacer cambios significativos en lo personal, en lo colectivo y generalizadamente, algo que jamás se alcanzara con las expectativas.
Un ser humano con expectativas, es un ser iluso, un individuo que actúa y ejecuta las decisiones es una persona realizada. El más notorio ejemplo nos lo dio JESUCRISTO, no creo expectativas, concreto acciones, nunca dijo algo que no pudiera hacer, ni prometió nada que no pudiera realizar.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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