Es posible que en lo que más se ha ocupado espacio, tiempo, trabajo, investigación, neuronas, y cantidad de otros elementos ha sido en tratar de contrarrestar las enfermedades físicas, en este sentido la medicina a ganado mucho terreno cuando se percato de que era más fácil la prevención que el ataque directo a la patología cuando hacia su aparición, porque entre otras cosas ya tenía la fuerza destructora, habiendo inclusive ocasionado severos daños al paciente, esto trajo como consecuencia que se acometiera la tarea de conseguir y alternativas para oponerse a su accionar e invalidar sus mecanismos de proliferación y diseminación.
Pasteur pionero en estas lides descubrió que muchas enfermedades se podían evitar, con el solo hecho practicar la higiene adecuadamente, porque el foco de trasmisión de muchas patología es el contagio microbiano que tiene el ambiente propicio para su reproducción y propagación en el desaseo, esa es la razón por la que tiene vital importancia la asepsia total en los lugares donde se tratan pacientes que requieren operaciones quirúrgicas.
Pero la prevención no es exclusivamente en el campo de la medicina, sino en todas las esferas donde se mueven los seré humanos, por la simple razón de que debe evitarse todo lo que ocasione males a la humanidad, la equivocación ha sido reducirlo todo a la esfera estrictamente física y descuidar la más trascendental e importante como la área espiritual, el sueño de los hombres es vivir en la tierra sin la compañía flagelante de las nefastas enfermedades corporales, que son las que aniquilan y producen el dolor físico, por lo que el enfoque siempre ha sido terrenal, olvidando por completo que lo terrenal está condenado a la instincion total y lo espiritual trasciende la eternidad, pero como no somos entendidos en esa materia, lo ignoramos por completo, sin embargo el hecho de no conocer las cosas no hace que dejen de existir, el átomo es el elemento primigenio de todo lo que es materia, al hacer una encuesta que pregunte a las personas si han visto un átomo por medio del microscopio, seguramente que el numero de los que dirán que no es abrumador y la cantidad de los que no creen que exista será grande, pero independientemente que no lo hayan visto o crean, su existencia no hará que desaparezca.
Escuchamos de los problemas que aquejan a la humanidad y algunos hablan del mejoramiento de las estructuras físicas como el mecanismo para hacer felices a sus coterráneos acometiendo la tarea titánica de la construcción de modernos sistemas de transporte y vías de comunicación entre carreteras, autopistas y carrileras, etc. Hospitales y clínicas de primera línea, urbanizaciones y soluciones habitacionales y planes para que todos accedan a la educación en todos los niveles. Pero toda esta parafernalia y supuesta elevación del nivel de vida, no ha impedido que el crimen y la barbarie tengan un sustancial retroceso, al contrario el incremento ha sido mayor. Las causas están a la vista, no ha habido una medicina preventiva contra el delito, es posible que estemos atacando la enfermedad en sus múltiples manifestaciones, pero al no llegar al foco donde se produce la infección no la eliminaremos, conocemos los síntomas y atacamos las consecuencias pero no lograremos la erradicación de la patología.
Me parece que no se ha comprendido que el principal obstáculo que tienen los seres humanos para los cambios no es afuera, a un tigre le pueden quitar las garras, limarle los terribles colmillos, hacerle una cirugía plástica y cambiarle su aspecto de felino, pintarlo con un tono agradable y aun operarle el aparato fonador para que no de esos temibles y escalofriantes rugidos, pero cuando él se reproduzca sus descendientes son tigres genuinos, allí ninguna de las alteraciones morfológicas que ha sufrido por procedimientos puramente humanos , impedirán que siga siendo un tigre real, internamente no ha cambiado absolutamente nada y si se hace un estudio científico de su conformación fisiológica intrínseca los resultados es que es un tigre en toda su dimensión.
De esa misma manera pasa con el hombre sin transformación interior, si su mente, corazón y espíritu no son cambiados, puede ponerle alas y rostro de querubín protector, que su composición interna seguirá siendo el hombre pervertido que siempre fue. Sí no nos ocupamos de la parte espiritual que es la trascendente jamás el ser humano hará cambios significativos e importantes en su existencia, todo obedecerá a un ideal eufemístico del ser humano en el plano terrenal, pero que no tiene ninguna aplicación espiritual.
El hombre es lo que es por dentro, por fuera podemos usar maquillaje y una cantidad de adminículos que den la apariencia que deseamos según sea la ocasión, si queremos al hombre nuevo que propugnan las corrientes contemporáneas el cambio que debemos propiciar debe ser interno, pero ¿quiénes de los que están impulsando estos determinantes cambios, ven la necesidad de hacer inversión espiritual? si antes se oponen a como de lugar a los que lo hacemos.
Si no prestamos atención al hombre integralmente, nunca obtendremos soluciones completas y permanentes, el hombre es tricótomo y no podemos atender solo la materia, porque entre otras cosas la materia se desintegra y el alma y el espíritu permanecen eternamente.
La maldad no se combate, ni se erradica con medias retaliativas o coercitivas, si así fuera el corredor de la muerte en Estados Unidos, no tuviera más de tres mil (3.000) condenados esperando la inyección letal. La prevención del delito es más eficaz y menos onerosa que el castigo. Si queremos cambiar al hombre debemos primero hacerlo internamente, lo de afuera se hace con cirugía plástica y vestimenta adecuada, lo más importante es darle a conocer a su Creador y esa será la máxima prevención y vacuna contra la criminalidad en todas sus variadas manifestaciones.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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