miércoles, 7 de septiembre de 2011

LA DAMA DEL ANTIFAZ

     


                     





Confieso que me costó mucho entender porque la justicia era representada por una dama con los ojos vendados y con un balancín en las manos, debido a que mi formación  fue en la calle, muy practica, viviendo en el propio pellejo los acontecimientos, siendo testigo de los sucesos que los medios de comunicación publican, hasta la medida de sus posibilidades, con objetividad y veracidad, porque mucha información que reciben sobretodo de los entes gubernamentales o de los funcionarios públicos son monumentales mentiras, que solo tienen como objetivo quedar bien u ocultar verdades y acciones criminales de diferente índole. Como he tenido un aprendizaje auto-didacta ha sido más difícil comprender cosas muy elementales, aunque al obtener este conocimiento empírico y no convencional tiene sus ventajas, ya que se realiza directamente en  el terreno real donde suceden las cosas y no en los claustros donde a no ser que se trate de las famosas tres marías (química, física y matemáticas) casi todo lo demás es teórico.

A qui en la maestra calle donde todo es autentico y genuino,  donde nos formamos la mayoría de los de a pie, donde tenemos que confrontar la dureza y crudeza de la vida real, que se palpa, que se siente, donde la teoría no existe, porque todo es vivencia, nada es subjetivo, todo es objetivo, donde no hay posibilidades, sino realidades, donde todos vemos, somos testigos oculares, presenciamos en vivo y en directo todos los acontecimientos, formando parte del protagonismo, porque vivimos en el escenario donde se presenta el teatro de lo absurdo y formamos parte del elenco y esto es antagónico y completamente opuesto a lo que los teóricos nos venden de sus tribunas y oficinas. A qui no aprendemos por conocimiento de ciencias y leyes, sino por medio de la autenticidad de la realidad viva, sin aderezos, ni sustancias químicas o componentes sintéticos, sin mezcolanza y la sobrevivencia se convierte en un arte sin especulaciones, lleno de dramatismo y drasticidad, aquí hacemos la verdadera historia, la verdadera patria, los verdaderos hombres.

Cuando escucho a los leguleyos citar artículos completos de la carta magna o del código civil, enfatizando las bondades y alcances de las leyes, con palabras escogidas de la más alta retorica para que suene agradable, pero tan lejos de la praxis, me recuerdan un personaje trágico-cómico que decía palabras altilocuentes en sus chácharas, pero cuando le preguntaban que significado tenia la expresión, respondía: "no se pero no me puede negar que suena bonito".

Supongo que la dama de la justicia tiene los ojos vendados, porque ella no hace acepción de personas, al no poder ver al incriminado, no tendrá limitaciones ni objeciones al administrar la justicia y ni sexo, cultura, religión, nacionalidad, ideología política, origen, color, estatus económico y ninguna de otras peculiaridades serán óbice para cumplir su función, ya que no puede ser influenciada debido al carácter ecuánime e imparcial que la distingue.

Hasta allí me parece muy apropiado el uso de este tapa ojos para la justicia, pero en nuestros tiempos y entre nosotros particularmente a tomado una connotación muy distinta a la inspiración que dio origen a la representación grafica de la justica. No es invidente por su neutralidad, como originalmente fue concebida, sino para no ver las atrocidades, ni emitir sentencias haciendo juicio cabal y justo contra los transgresores de la ley y el orden, que es la responsabilidad primaria y esencial de ella, ya que es lo único que justifica su existencia, ha dejado de lado su especial misión, se olvido de su trabajo y se ha vuelto impertérrita ante el cinismo y la depravación de un mundo carente de misericordia y totalmente ausente de lo que significa legalidad.

Hemos llegado a un estado de indefensión y desvalimiento tan alarmante que los dolientes ni se quejan ni reclaman al recoger los cadáveres de sus deudos del campo de batalla en que se ha convertido el suelo venezolano, como lo dijo la madre de un joven de diez y ocho (18) años acribilladlo en Petare: "lo encontré muerto tirado en el piso. No pregunte que paso ni quien lo hizo porque nunca habrá respuestas".( ultimas noticias martes 6 de septiembre pag.22)

Esta es la cruda y descarnada realidad que compartimos veintinueve (29) millones de venezolanos, donde fuentes judiciales admiten que más del 90% de los crímenes quedan impunes, esta sociedad en completa decadencia avanza a pasos redoblados a su total destrucción. La justicia es una dama, no solo invidente sino también amordazada y paralitica; la cantidad de acciones criminales que me ha tocado ver en el lugar donde vivo y hasta el presente ninguno sin esclarecimiento, no es solo alarmante sino vergonzoso.

De las diez ocasiones en que hemos sido víctimas del hampa, en tres de ellas se pusieron las denuncias y ni cuando fuimos asaltados en nuestra propia casa se logro obtener acciones contundentes de los cuerpos policiales. Ya ni nos preocupamos por hacer del conocimiento de la ley los delitos, porque todo se convierte en trámites burocráticos sin respuesta ni solución y así actúan la mayoría de las personas cuando son víctimas de la delincuencia, de manera que un alto porcentaje  de las acciones delictivas ni siquiera son conocidas por los encargados de hacer cumplir la ley y la administración de la justicia, ante tanta lenidad no vale la pena perder el tiempo en oficinas repletas de representantes de los cuerpos de seguridad del Estado, pasando el tiempo en llevar legajos de documentos de un lado al otro, mientras la criminalidad nos absorbe y nos destruye.

Esto lo saben muy bien los criminales y ejecutan sus pervertidas acciones con la certeza plena de que no van a hacer requeridos por delinquir, tienen carta blanca expedida por la blandura de un sistema que ha creado mecanismos para garantizar sus derechos y olvidado los propios de las víctimas fatales de sus conductas desviadas y pervertidas.

¿Cómo es posible que tengamos delincuentes que hayan perpetrado veinticinco, treinta y más asesinatos, sin contar los innumerables delitos por otras causas y caigan por ajuste de cuentas entre bandas rivales o desaparezcan por otras causas de la escena criminal, pero que nunca les haya puesto el guante la justicia terrenal?

Cuando se hace impracticable la justicia y solo es un vocablo con significado ausente de realismo, estamos muy próximos a poner en ejecución de una manera generalizada "la salvaje ley del más fuerte". ¡Ay de los débiles, los indefensos, los desvalidos! En las manos de los canallas e inescrupulosos sin misericordia y sin compasión.

La justicia existe para defender al débil, para socorrer al oprimido, quitarle la carga al agobiado, para resarcir los derechos violados, para administrar ecuanimidad, para dirimir imparcialmente las discrepancias, restituir lo defraudado y dictar sentencia absolutoria o condenatoria a los imputados por los delitos, no para cerrar los ojos, sellar los labios y quedarse inmóvil ante el avasallante empuje de la maldad, tolerando los desvíos y desmanes de los que se sitúan al margen de la legalidad.

"Si la justicia no se practica el monstruo de la maldad nos devorara irremediablemente"


Por el pastor: Fernando Zuleta V.








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