El buen carácter es obtenido por el expreso deseo de ser agradables y es necesario más que la intencionalidad, la practica constante de acciones que tiendan a ejercitar el don de gentes, propio de las personas amables que les guste tener buenas relaciones con los demás.
Ser de mal talante no es una herencia genética necesariamente, puede ser más bien un problema orgánico, causado por la falta de serotonina que es un neurotransmisor que está encargada de transmitir las señales nerviosas a través de las neuronas, jugando un papel muy importante en el buen humor, la calma, bienestar personal, la felicidad y nos ayuda a dormir bien, a estar en armonía y a disfrutar del sosiego y la quietud, por eso la serotonina es llamada la hormona de la felicidad ; algunas veces también es un problema espiritual y cuando esto está pasando, no habrá posibilidades de vencerse con procedimientos medico-científicos, sino con medios espirituales, para conseguir el buen carácter la persona no tiene que tener un árbol genealógico que lo garantice, sino la convicción interna, unida a la ejecutoria permanente de hacer, buscar y realizar todo lo que sea necesario para conseguirlo, el médico está capacitado por medio de análisis específicos, si hacen falta para conocer y diagnosticar si es enfermedad orgánica, así es que la primera opción ante la presencia de este indeseado acompañante es la consulta con un profesional de la medicina.
Muchas deformaciones de la personalidad las podemos corregir, con el simple método de reemplazarlas por una virtud, este ejercicio garantiza el uso de la fuerza de voluntad y hace de los que lo practican, individuos de carácter benigno, la cuestión es que nos demos cuenta, que debemos ser sociables y de buen trato, ya que es vocación del ser humano vivir en comunidad y disfrutar de buenas relaciones interpersonales.
Una cosa elemental por la que debemos tener buen carácter, es porque a ninguna persona le agrada que la traten mal y por lógica consecuencia nadie que trate mal a los demás podrá esperar que lo traten bien. No podemos pretender que nos den lo que nosotros le negamos a otros, hasta la naturaleza premia la disposición a lo grato y ameno, las personas que se ríen permanentemente disfrutan de buena salud, ya que la risa transmite una sensación de bienestar a todo el organismo, libera de la acumulación del estrés, produce optimismo, relaja mentalmente, distiende los músculos y como tiene que usar menos músculos faciales para reírse, que para hacer mala cara se envejece menos, un rostro sonriente nos anima y estimula, produce esperanza, alienta en las dificultades y contagia de alegría a los que le rodean, trae aparejado el bienestar y trasmite paz espiritual, tan necesaria en estos tiempos de angustias y las permanentes presiones en que estamos inmersos.
El buen carácter en muchos casos es una actitud y predisposición a estar bien y no una aptitud heredada o adquirida, la primera se relaciona con una decidida participación de la persona donde se involucra la parte física y la espiritual, estando de acuerdo en procurar el bienestar en todas las áreas de nuestra vida, la segunda con la capacidad innata del individuo que tiene su centralidad en la herencia genética.
El exceso de trabajo, pocas horas de descanso, una desbalanceada alimentación, un estado de estrés permanente, dormir mal y una deficiente vida espiritual son elementos que se pueden convinar para convertir tu vida en un mar en tempestad permanente que con sus olas enfurecidas amenazan con destruirte y a todos los que estén a tu alrededor.
Cuando nos falta la alegría, tenemos reacciones virulentas, nos molestan ciertas y determinadas acciones que siendo rutinarias de pronto comienzan a mostrarse molestas e intolerables, es aconsejable que nos detengamos por un momento, analizando sin apasionamiento, estos cambios que son perjudiciales tanto para la salud mental, física y espiritual personal y también para los que nos rodean.
Busque ayuda profesional tanto en la parte medica, como en la espiritual y disfrute la vida, no permita que pequeñas cosas te amarguen la existencia.La vida es para disfrutarla sanamente y con alegría, no es para pasarla en la negra obscuridad que nos ofrece el tormento de la amargura de espíritu.
Ríase permanentemente, la risa trae bienestar, este produce alegría, la alegría es un rió caudaloso de sensaciones agradables que llenan todos los aposentos del alma, produciendo la paz espiritual, para que integralmente nos sintamos regocijados y disfrutemos de buena salud en todas las áreas de nuestro ser.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
El exceso de trabajo, pocas horas de descanso, una desbalanceada alimentación, un estado de estrés permanente, dormir mal y una deficiente vida espiritual son elementos que se pueden convinar para convertir tu vida en un mar en tempestad permanente que con sus olas enfurecidas amenazan con destruirte y a todos los que estén a tu alrededor.
Cuando nos falta la alegría, tenemos reacciones virulentas, nos molestan ciertas y determinadas acciones que siendo rutinarias de pronto comienzan a mostrarse molestas e intolerables, es aconsejable que nos detengamos por un momento, analizando sin apasionamiento, estos cambios que son perjudiciales tanto para la salud mental, física y espiritual personal y también para los que nos rodean.
Busque ayuda profesional tanto en la parte medica, como en la espiritual y disfrute la vida, no permita que pequeñas cosas te amarguen la existencia.La vida es para disfrutarla sanamente y con alegría, no es para pasarla en la negra obscuridad que nos ofrece el tormento de la amargura de espíritu.
Ríase permanentemente, la risa trae bienestar, este produce alegría, la alegría es un rió caudaloso de sensaciones agradables que llenan todos los aposentos del alma, produciendo la paz espiritual, para que integralmente nos sintamos regocijados y disfrutemos de buena salud en todas las áreas de nuestro ser.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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