En nuestro entorno se refiere a un
individuo que sabe de todo y no es experto en nada, en no pocas ocasiones he caído
en las garras de estos inescrupulosos individuos, es muy común encontrar mecánicos
de primera, electricistas especializados, pintores de renombre en un país que
como Venezuela está saturado de vehículos automotores. Aquí con frecuencia ante
la escases de mano de obra calificada somos presa fácil de estos depredadores
de oficio y avezados vividores, que sería el calificativo que encaja a la perfección
con su estilo particular para aprovechar las necesidades ajenas al máximo nivel.
En una de las tantas ocasiones en
que me he accidentado en las vías públicas, ya que mis carros con excepción de
uno solo que saque de agencia, todos los demás han sido con muchos años de uso
y por consiguiente con múltiples fallas, en esta oportunidad se me apago el
auto como a las 8 am y no hubo manera alguna de hacer andar su motor, cerca de
donde me encontraba había un taller especializado en electricidad y fui a
buscar ayuda al lugar, cuando me encontré con el dueño y le explique mi situación,
me hablo primero de sus grandes conocimientos en la materia y de las sumas de dinero que cobraba por prestar sus
servicios como hombre experto en esas lides y me planteo un desafío: voy a ir
al lugar a donde tiene el carro pero si resulta que es un cablecito
desconectado y que solo hay que enchufarlo para que prenda o si es una falla
que dure más tiempo arreglar, se cualquiera el problema Ud. Me paga Bs 15.000. ¡Pero
le aseguro que le prendo el carro!.
Era una suma extraordinaria, porque por mi
trabajo cobraba Bs 20.000 mensual, pero ante las circunstancias no me quedo
alternativa y acepte el reto del gran cacao de la electricidad, me hizo comprar
varios repuestos que consideraba que estaban
descompuestos, de esa manera pasamos el día en ensayo y error y al fin de
cuentas a las 4 pm, me dijo iré a buscar una herramienta que me falta para
terminar el asunto, a un estoy esperando su regreso, pero fiel a su palabra no
cobro ni un céntimo porque no pudo echar a andar el motor.
Rato después un amigo
al que había llamado se presento y llevamos el camastrón a un taller cercano y allí
fue reparada la falla que presentaba.
Eso en cuanto a esta situación
particular con automotores, pero existen
por igual en línea blanca, marrón o de cualquiera sea el color, en la construcción,
en la educación y en todas las ramas, profesiones u oficios. Algunas tienen títulos
académicos, pero están ejerciendo cargos para los que nunca se prepararon,
trabajan en labores y tareas que nada tiene que ver con su especialización o están
desempeñando funciones para las que no se capacitaron, pero debido a los escases de
empleo, a la falta de oportunidades y la depauperación de la situación económica,
“hay que agarrar aunque sea fallo”, como reza el refrán popular.
Parece que estamos como en la época
del gomecismo, cuando el general llamo a un compadre y le ofreció el cargo de
secretario privado de la presidencia y el con toda franqueza le respondió:
compadre lo que pasa es que yo no sé leer ni escribir, a lo que Gómez respondió:
en ese caso Ud. Se va de gobernador al Táchira y al compadre Juan que si sabe leer y escribir lo
nombramos secretario.
Dedíquese a hacer lo que sabe, no se meta en
camisa de once varas y perjudique a los demás ejerciendo cargos o trabajos para
los que no esta capacitado.
Responde al necio como merece su
necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión (Pr. 26:5).
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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