lunes, 15 de septiembre de 2014

CHIKUNGUNYA



Tuve que hacer un curso intensivo para aprenderme la palabreja y después otro para averiguar sus orígenes y su etimología, pero el que valió la pena fue el práctico, cuando me ataco y casi me paraliza por sus efectos desastrosos sobre todas las articulaciones, el estado febril y el terrible malestar general desde la punta del pelo a la de las uñas de los pies.

Debido a la gran atención que mi esposa me prodigo, la cuestión resulto menos oneroso y prolongada de lo esperado, porque lo vi como un desafío que se tomo a título personal conseguir mi restauración y busco concejo tanto medico, como en las comadronas que ya habían vivido la desagradable experiencia y lo que instauro fue un comando, con  un ataque frontal y directo contra esta terrible virosis.

Comenzamos por cumplir al pie de la letra la prescripción profesional, que incluía capsulas, pastillas e inyecciones, luego los extraños brebajes con su característico mal sabor, lo cierto del caso es que a un no había pasado los efectos de una desagradable  pócima, cuando se hacía presente con una copita de otro mejunje peor que el anterior, fueron solo tres días de este calvario que incluían la enfermedad y todos sus derivados y la curación con todos sus extraños componentes, pero surtió efecto y por la gracia y misericordia de Dios estoy sano completamente, ya que la oración también fue una parte activa de la restauración plena.

Ahora resulta que la chikungunya tiene instalada entre nosotros mucho más tiempo del conocido y lo peor es que antes de hacerse evidente en forma patológica, se enquisto en el gobierno atacando ferozmente todas las instituciones del estado causando atrofia en todos sus componentes, porque al atacar las coyunturas su efecto inmediato es la parálisis del cuerpo, impidiendo de esa manera  los movimientos, pero dejando intacto la capacidad comunicacional, siendo esta la razón por la que aunque estemos incapacitados de accionar, no lo estamos  del bla…bla..bla… y día tras día escuchamos mas propuestas y mecanismos para salir de tan terrible y descomunal enfermedad, pero sin ningún tipo de acciones concretas en el terreno de las realidades, que es donde deben hacerse las ejecutorias y está la verdadera urgencia y existe  la posibilidad de combatirla y vencerla.

La chikungunya en el idioma castizo y vernáculo del pueblo makonde que es donde tuvo su génesis y se le dio el nombre, esta al sur de Tanzania y significa “enfermedad del hombre retorcido”, debido a los fuertes dolores articulares que provoca la artritis.

Ese es el estado real del pueblo, nos retorcemos todos los días e incapacitados de hacer algo práctico solo hablamos de todos los males que nos asedian y nos tienen neutralizados, lo peor de todo es que esta enfermedad no tiene vacuna, ni cura conocida y a un después de varios años sus efectos se siguen sintiéndose en quienes han sido contagiados.

La chikungunya vino para quedarse, porque nunca nos preocupamos de hacer un verdadero vallado para impedir su proliferación y contagio, pero si hemos oído decir durante muchos años y reiterativamente que estábamos brindados contra esta desastrosa crisis mundial y todo resulto en solo palabras y buenos deseos, pero las realidades son crudas y muy dolorosas. Las palabras solas no hacen los muros de contención, a ellas hay que añadir la planificación eficaz y la acción efectiva.

Solo hay un camino que lleva a la vida eterna y se llama Jesucristo, los demás son caminos de muerte. Tú eliges si continúas por donde vas o das un giro de 180 grados y cambias la muerte por la vida, es tu elección. Teniendo a Cristo no vale ni chikungunya, ni crisis de la naturaleza que sea.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.



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