viernes, 5 de agosto de 2022

UN DRAMÁTICO SUCESO.


Estoy en el bulevar de un ciudad, la gente fluye, va y viene en una prosecion constante, unos solo van a caminar, otros tal vez a dejar un lado las preocupaciones y usan el lugar como escape a las presiones olvidando por un momento situaciones molestas, discipando malos momentos observan vidrieras con mercadería de todas clases habidas y por haber y también se presentan otros hechos peculiares, como el de un hombre, que no llega a los cincuenta y se ve sin impedimento físico para trabajar, acompañado de un perro sujetado por una cabuya por su amo, el animal se ve bien mantenido, esta gordo y luce un pelaje luztroso, señal inequívoca de estar bien atendido, un tarro de latón en el medio donde los transeúntes ocasionales depositan dinero para el sostenimiento del can y observando el asunto, cada vez que el recipiente tiene varias monedas  el administrador de los recursos las toma y las echa en una mochila de fique, que lleva cruzada al pecho, para que siempre aparezca la ponchera donde recoge las dadivas vacia o con escasa progresión.

Unos metros mas adelante hay una mujer con un niño de unos ocho meses que lo tiene en su regazo, el bebe se ve masilento acusando las penurias de vivir en situación de calle, esta pálido y su pelo desaliñado y alborotado esta diciendo que su infancia es de terrible escasez y necesidad,  su madre  muestra en el rostro las huellas del sufrimiento,  su porte enseña que la calamidad y la carencia son el pan nuestro de cada dia, ella también tiene un pequeña vasija a sus pies y con su lánguida mirada súplica la benevolencia de los caminantes permanentes y numerosos que pasan por el frente, para suplir las necesidades básicas de su retoño y propias, pero a diferencia del hombre del can, la mayoría los ignoran y pasan de largo, sin ningún miramiento, ni remordimiento.

¿Qué pasa en esta sociedad donde los valores se han invertido?
¿Qué sucede con esta avanzada y tecnologíca comunidad cuando un animal vale más que un ser humano?
¿Cómo es que llegamos ha colocar  a los animales por encima de las personas?

Estamos en el cumplimiento de los temibles ayes de la Palabra de Dios: (Isaias. 5: 20_ 23)
20  ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! 21  ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! 22  ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; 23  los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!

Estamos marchando por vías peligrosas, por caminos equivocados, sin respetar las señales de los peligros inminentes, cambiado y tergiversando la verdad de Dios, y aceptando el engaño y el error que enseñan maestros fraudulentos y falsos creyentes, arrastrando tras de si a todo el que desea un vida sin escrúpulos morales y contraria a todo
mandato del Creador.

Reflexionemos un poco, si aun hay compasión, ¿no son los seres humanos los mas dignos de ella?
¿ si todavía la compasión esta en nosotros, quienes son los merecedores de ella?
Recuerde que la lástima y conmiseración es para los animales,  para las personas es bondad y misericordia.

BENDICIONES.

Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo. 

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