Estamos en un mundo en crisis de valores, donde la virtud es un adefesio de épocas arcaicas, producto de individuos retrasados y carente de elemental sentido común.
Todo lo que encarnaba dignidad paso a ser un hecho histórico de personas con graves signos de complejidad imposibilitados para vivir en total libertad.
La modernidad ha cambiado los antiquísimos sistemas que enaltecen la castidad como sinónimo de pureza, llevando al exterminio la tendencia de vivir bajo patrones de la moralidad y las buenas y sanas costumbres.
El feminismo ha chocado de frente con el machismo, despreciando toda autoridad y pasando por encima de toda ley moral y ética.
El error no es pretender ser igual, sino pisotear toda norma que lleve implícito el sello de orden divina.
Todos los dias la apetencia por ir en contra de los parámetros establecidos por Dios recoge mas adeptos, permeando todos círculos de la sociedad, en general creando los Estados, leyes que hunden en el abismo a sus seguidores de toda tendencia inmoral, celebrando como grandes conquistas de la libertad todo lo que el hedonismo reclama en su voracidad lividinosa como norma regular de vida.
Ninguna ley humana que aprueban los legisladores y aun aceptada por la sociedad, violentando la ley divina deja de ser transgresión.
Aquí no vale el modernismo porque las leyes de Dios son inmutables, los hombres se superan en los campos del conocimiento y el saber y entre mas adquieren capacidad intelectual, más bajan en el nivel espiritual, porque lo que anhelan es vivir sin rendir cuentas por sus actos y en consecuencia rechazan todo ordenamiento divino.
Estamos viviendo la época mas peligrosa para la humanidad al pretender seguir la desquiciada aseveración de Friedrich Nietzsche en su trágica Gaya ciencia, donde en completo conflito moral y espiritual declara con alevocia que Dios ha muerto.
Esta claro que su negación de la divinidad es producto del racionalismo despojado del mas mínimo atomo de vida espiritual, todo su poderoso intelecto esta alejado de la verdad absoluto y en estas condiciones ninguna mente en tinieblas por portentoso que sea tendra un gramo de sabiduría, su conocimiento sera encumbrado, pero su mente sera un desierto de la mas terrorífica desolación, donde reina lo mefitico y mas dantesco del conocimiento y percepción humanas.
Una mente sin Dios, es sinónimo de sequedad infinita y tenebrosidad total.
¡BENDICIONES!
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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