jueves, 4 de agosto de 2011

LOS SUEÑOS



   

Hay diferencia entre el sueño y la visión, el primero se puede definir como un estado inconsciente donde la mente por mecanismos desconocidos crea las situaciones fuera del control de la razón, por su parte la visión, no hablando de experiencia extática, sino de proyección de un ideal para conquistar en el futuro o de la consecución de una meta en el por venir, son distintos y principalmente en el estado en que se realizan, para el primero es condición inevitable estar dormidos e inconscientes, en el segundo estar despiertos y completamente conscientes, siendo ajenos al abordaje y realización de los sueños, pero totalmente responsables de la implementación y ejecución de la visión. Parece que la mente permanece activa y no le agrada el ocio, al entrar en ese estado de aletargamiento o relax no se ajusta a ese auto-impuesto relajamiento y entonces por iniciativa propia determina causar los más extrañas e inimaginables manifestaciones fantasiosas que podamos concebir. Mí opinión muy personal, sin ajustarse a ningún patrón establecido, ni ha experimentación determinada y menos a estudios científicos del onirismo es que inmediatamente entramos en la inconsciencia del sueño, la mente toma el control y da inicio a sus raros recorridos paseándose por todos los intrincados y sinuosos laberintos del cerebro como única respuesta de protesta por tratar de hacerla detener su trabajo permanente; cada vez que nos sumimos en el estado inconsciente del sueño inmediatamente comienzan las triquiñuelas de la mente y crea todas aquellas situaciones fuera de control del juicio y la razón.


Los sueños son una especie de alerta a la conciencia con la idea diáfana de que la mente nunca debe dejarse de usar, ya que ella está diseñada para una actividad permanente sin ninguna cortapisa ni limitante. Creo que mientras se consumen ingentes esfuerzos en tratar de explicar los famosos sueños deberíamos enfocar todo el empuje y determinación a conseguir la manera de dar uso permanente a la mente y adiestrarnos en tener control de ella aún en medio del la inconsciencia y que como medio de señalar su inconformismo con el desperdicio que estamos haciendo de su potencial responde con las fantasías oníricas que alteran, preocupan y mayormente no aportan nada grato a la vida.

Los sueños nunca los he considerado como desajustes de la personalidad, esto lo sostengo por mi propia experiencia, hasta ahora siempre dentro de lo normal no he tenido ningún indicio de desequilibrio mental y por lo menos a los que han estado cerca de mi jamás les oído decir o insinuar que pueda tener trastornos de la personalidad de alguna naturaleza. Deduzco que siempre he estado dentro del equilibrio y la sobriedad estándar de los mortales, pero los sueños de que he sido protagonista y el recuerdo que tengo de ellos en el noventa y nueve por ciento (99%) no han tenido patas ni cabeza nunca.

A mi parecer que la reacción de la mente produciendo los conflictivos Y enmarañados sueños obedece a una necesidad de actividad perenne, actuando protectoramente contra un estado para el cual no fue diseñada y que por razones externas incontrolables quiere ser forzada a admitir o compartir, sin estar en condiciones de aceptar. Me parece que usa el mecanismo de ciertas glándulas productoras de hormonas, como la tiroides que cuando hay insuficiencia de iodo en el organismo ella tiende a solucionar el problema de la deficiencia con hipercrecimiento, originando una de las causas de la aparición del bocio, así mismo la mente crea su propio mecanismo de defensa al tratar de ser forzada a la ineficacia y consecuentemente como respuesta a tan osada pretensión toma el intrincado camino de producir los mas disímiles y extrañas aventuras expresadas por medio de los sueños, de manera que los sueños vienen a constituirse en una manifestación del ansia de los nuevos horizontes que desea explorar, porque si algo es un ribete característico de la asombrosa y grandiosa mente, es la capacidad ilimitada de extenderse en búsqueda constante de lo nuevo y desconocido, solo que aun no hemos encontrado el mecanismo para sujetarla en obediencia, con instrucciones precisas, domesticándola hasta el punto que la pongamos a trabajar en la inconsciencia del sueño en los programas que le diseñemos anticipadamente y de esa manera acabar con la rebelión manifestada cada vez que nos entreguemos a disfrutar del sueño reparador de la energía perdida en el ajetreó diario.

Veo todo sueño como una aventura desinhibidora de la mente, como un vehículo para drenar toda la reprensión y la infiltración a que ha querido ser sometida, pero sin ningún éxito, porque esta constituida para estar en permanente accionar y por ser intangible, y al no tener realidad física no esta sujeta a las limitaciones naturales de lo tangible.

No todos los sueños son producto del escapismo de la mente, algunos vienen por el soberano propósito de Dios, pero los tales son claros, marcados, definidos y directos, teniendo siempre la dirección manifiesta y la intención precisa del que los produce, El mismo nos dará el entendimiento y la comprensión en el momento indicado.” Confía en Dios, espera en El y te concederá todas las peticiones de tu corazón”.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.







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