Seguramente muchos deferirán y estarán en completo desacuerdo con que las enfermedades tiene solo tres (3) orígenes: la hereditaria, la causada por agentes patógenos como virus o bacterias y la espiritual, pero lo que experimentamos cotidianamente nos muestran esta realidad; para contrarrestar las dos primeras la ciencia ha hecho grandes avances y ha dado enormes saltos en su control, prevención, cura, inmunización y hasta erradicación de algunas, como es caso de la terrible viruela, que hace ya algunos años la OMS (organización mundial de la salud) decreto su aniquilamiento total.
Los científicos al haber desenmarañado el intrincado y difícil genoma humano consideran que al menos las patologías hereditarias serán un recuerdo del pasado, ya que tendrán al alcance la eliminación de los genes que manifiestan ser portadores de esta herencia indeseada. Esto por supuesto ha generado especulaciones, criticas y debates desde los pueriles y faltos de sentido común hasta los más encumbrados originados por tecnología y la ciencia, sin faltar la opinión religiosa de los fanáticos de oficio que ven en todo lo que no pueden entender con la razón un simbolismo apocalíptico.
El avance científico nunca ha tenido razón real para reñir con la fe en El Único Dios Verdadero, porque la ciencia es un vehículo utilizado por el Creador para darse a entender y manifestar su grandeza y sabiduría, y para permitirle al hombre avanzar en el desarrollo y mejoramiento de las condiciones de vida sobre la tierra haciéndola menos onerosa y llevadera, ella no hace otra cosa que proclamar: “esto solo puede ser obra de Dios”.
Cada vez que se hace un nuevo descubrimiento en cualquiera de los campos de la ciencia, lo que se hace es demostrar que existe una mente sobrenatural detrás de todo ello y que la manera en que están organizadas las cosas, alguien debe de haberse ocupado de hacerlo, solamente la célula que está definida como la unidad mínima del cuerpo humano y de todos los organismos vivos capaz de hacer todas las funciones vitales como nacer, crecer, reproducir, etc. etc. ha representado un desafío para el conocimiento del hombre y es solo hasta 1665 que Robert Hooke ve por primera vez las células muertas y en 1838 Mathias Schneider observo las células vivas pudiendo llegar a la conclusión que todos los organismos vivos están constituidos por células vivas. Únicamente con la invención del microscopio se pudo conocer su verdadera constitución, dando un paso muy transcendental en el siglo xx cuando surgió el electrónico y en espera el desarrollo de otro mas potente, que nos lleve a ampliar más el conocimiento sobre este pequeño elemento que es el principio vital de todo organismo vivo.
Tenemos el permiso directo del Arquitecto del Universo, para explorar, investigar, descubrir, someter y colocar bajo nuestro control las cosas y por esa razón nos docto de una mente prodigiosa y una capacidad asombrosa como seres pensantes para razonar y hacer que lo creado se ponga a nuestro servicio, todo en armonía y en unidad con El, lo que ha pasado es que la capacidad de decisión de que también fuimos provistos la hemos usado mal al tomar resoluciones más perjudiciales que beneficiosas en nuestro afán de independencia, por no querer tenerlo en cuenta y querer vivir con nuestras propias reglas y bajo las normas que nosotros aprobamos, eso es lo que se llama “dar coces contra el aguijón”.
La enfermedad ha sido una acompañante permanente, pero jamás cómoda o deseada, obviamente nadie quiere convivir con quien solo causa dolor y su único fin es destruirle, eso es lo que ha llevado a que se combata contra ella en todos los frentes de batalla, lo hacen los científicos desde los laboratorios, los médicos en las clínicas y hospitales, los naturistas, los chamanes, los brujos, los farsantes, charlatanes, oportunistas y muchos estafadores que se valen de la necesidad y la angustia de los portadores y sin ningún escrúpulo moral los roban literalmente con la promesa de sanarlos.
En el caso de las patologías causadas por agentes externos llámense virus, bacterias, hongos, o protozoos y las hereditarias que vienen como bagaje en los genes, los métodos científicos o naturales tienen verdadera oportunidad de combatirlas y vencerlas aunque allá casos puntuales como el del conocido universal y mortal sida, que todos los intentos de aislar el virus que lo produce para poder inmunizar a las personas contra el, hasta ahora han sido fallidos, pero eso no ha impedido desarrollar métodos de control y de defensa para contrarrestarla y reducir al mínimo sus efectos desbastadores . Todo esto usando armas completamente naturales y creadas por el ingenio humano, la situación se torna más dramática cuando por desconocimiento, desinformación u otras razones se trata toda patología en el campo natural y con métodos naturales dejando de lado la esfera sobrenatural, creyéndola inexistente o carente de relevancia, porque ninguna medicina natural podrá aliviar o combatir enfermedades espirituales, que escapan a todo control y rigor científico, por cuanto no es un enemigo tangible con un cuerpo físico que de la posibilidad de destruirlo o diezmarlo con medicamentos creados o descubiertos por los seres humanos.
Cuando la enfermedad es espiritual, no existe mecanismo humanamente hablando que tenga alguna incidencia por pequeña que sea sobre ella y solamente la acción directa de Dios traerá salud a la persona afectada.
Sería razonable que los combatientes de un enemigo común, como son las patologías, unan esfuerzos y criterios para beneficio de la humanidad y no desechemos a ultranza o bien la ciencia que usa métodos naturales o la fe en Cristo como único medio espiritual. Recuerda que cuando fallen todos las metodologías y mecanismos humano-científicos, queda la única alternativa que está por encima de todo cuanto existe y se llama JESUCRISTO.
Solo con el acido nucleído que es una molécula que porta la información genética de una célula, del cual existen dos tipos el ADN y ARN, siendo el primero definido como una molécula de doble hélice con información genética codificada o las proteínas formadas por una o varias cadenas de aminoácidos fundamentales para la constitución y funcionamiento de la materia viva, vienen a ser suficientes para que el resto de los días del hombre sobre la tierra tenga ocupación a tiempo completo tratando de desentrañar sus secretos, teniendo en cuenta que si bien solo en la base de datos de levadura hay descritas unas 6.000 proteínas y que algunas son innombrables, porque con la inicial del nombre de cada componente que tiene se formaría una palabra de muchas letras difícil de nombrar y de recordar.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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