Aún teniendo conocimiento acerca de Dios, fallamos o nos equivocamos cuando pretendemos ayudar a Dios en sus planes. Grandes hombres de Dios fracasaron en los intentos de echarle una mano a Dios, para que se realizaran sus propósitos ¿quieren saber de algunos?
Abraham fue uno y nada menos que llamado el padre de la fe, trato de ayudar a Dios a cumplir la promesa que le habia hecho y fracaso.
¿Como fue que sucedio?
Dios le habia prometido a Abraham darle un hijo, pasaba el tiempo y no llegaba el anhelado heredero, Sara tubo una idea genial y se la propuso a Abraham; como no hemos tenido hijos, te voy a dar a Agar para que tengas un hijo con ella y lo adoptaremos como nuestro heredero, Abraham miro a Agar, era una esclava egipcia, joven, de buen porte y bella y le parecio una idea brillante de su esposa, de seguro pudo haber pensado, Dios me prometió un hijo, pero no me dijo que tenia que ser con Sara, esta idea de mi esposa debe de venir de Dios, asi que esta es la oportunidad para ayudar a Dios, para que se cumpla su promesa, y ni corto ni perezoso acepto el oferton y el resultado fue que engendro a Ismael.
Pasaron mas de diez años, hasta que se cumpliera la promesa hecha por Dios a Abraham de darle un hijo, para que su descendencia fuera como la arena del mar, Dios cumple sus promesas en el tiempo que el tiene estipulado, como el tiene decidido y en lugar que tiene establecido no cuando a nosotros se nos ocurra, ni como querramos,
ni donde se nos antoje.
Moisés, nada menos que fue quien tubo el privilegio de ser el único hombre que hablaba cara a cara con Dios, pero cuando trato de ayudarlo a cumplir sus designios, fallo con estrépito abrumador.
Moises sabía que su nacimiento obedecia a un plan de Dios para sacar a Israel de la esclavitud de Egipto, pero quiso ayudar a Dios, cuando visito a su pueblo y vio a un egipcio maltrando a un hermano suyo, asi lo narra la Escritura: cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón visitar a sus hermanos, los hijos de Israel.
Y al ver que uno era maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengo al oprimido.
Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daria libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido asi.
Y al dia siguiente, se presentó a unos de ellos que reñian, y los ponía en paz diciendo: varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratais el uno al otro?
Entonces el que maltrataba a su prójimo lo rechazo, diciendo: ¿Quién te ha puesto como gobernante y juez sobre nosotros?
¿ Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? (Hechos. 7: 23 al 27).
Moises se adelanto al plan de Dios y uso una forma que no estaba en la mente de Dios, tubo que esperar cuarenta años para saber cual era el método y el tiempo de Dios.
Pablo, el apostol que recibió el evangelio por revelación directa de Jesucristo, cuando desidio ayudar a Dios, fue un auténtico fracaso.
Pablo llego a convencerse que persiguiendo a los cristianos le servía a Jehová de los ejércitos de Israel, asi lo da a conocer la Escritura: Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumó sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este camino, los trajese presos a Jerusalén.
Pablo no encontró a quien traer preso, se llevo espectacular sorpresa, cuando se e contro fue con Cristo, el tenia en su mente y corazón buenos propósitos, pero el pequeño problema era que chocaban de frente con las decisiones divinas y aunque según los parámetros judíos sus intenciones erán corretas para preservar las creencias y religiosidad judía, para Dios estaban en completa oposición, aquí es donde se pone de manifiesto la misericordia y el conocimiento anticipado que Dios tiene, Él vio a Pablo como un hombre cinsero en sus creencias, pero equivocado en sus acciones y por eso lo paro en seco. Asi aparece escrito: mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Dámaso, repentinamente lo rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y el le dijo: Yo soy Jesús, a quien tu persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
El temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: levantate y entra en la ciudad, y se te dira lo que debes hacer. ( Hechos. 9: 3 al 6).
Si Dios existe, argumentan¿Por qué no se manifiesta, ¿por qué no trata conmigo? ¿Por qué permite tanta maldad en el mundo?
Y los ¿por qué? Continúan al infitum.
El desconocimiento o la ignorancia son catastróficos, mi pueblo, fue destruido porque le falto conocimiento, lo declara Dios.( Oseas. 4: 6).
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