domingo, 27 de agosto de 2017

¿CUAL PROMESA?



Dios es el autor de la vida, el pecado el que ocasiona la muerte y el ser humano el que permite que el reino de tinieblas prevalezca.

¿Dónde está  Satanás en este asunto? Él es el incitador, siempre su rol ha sido ofrecer y prometer, de su fórmula es que los políticos de oficio se han copiado y han obtenido sus grandes resultados.

Nos damos cuenta de la diferencia entre las promesas de Dios al hombre, solo con observar el detalle que el Sumo Creador nunca hace un ofrecimiento sin hacer una demanda, por cuanto hace participe directo al ser humano para que reciba la dádiva, esto es imprescindible conociendo  la tendencia perniciosa del hombre, quien siempre quiere recibir beneficios sin hacer aportes de ninguna naturaleza.

Esta flaqueza humana la explotan con creses los poderes satánicos y todos los seguidores de sus pretensiones, magnificadas y llevadas a los limites por los políticos, que como buenos socios de la maldad, ofrecen toda clase de beneficios sin ninguna responsabilidad para su obtención.

Por esa causa es que tienen tanto éxito los propulsores de la filosofía del merecimiento, le hacen creer a los individuos que son merecedores de todo lo fácil, lo bueno y sin costo de ninguna naturaleza, cuando siendo realistas entendemos que lo fácil es espurio, y lo bueno tiene altísimos costos.

El camino al éxito está rodeado de dificultades y lo bueno nunca está exento de obstáculos.

Quien no tiene que ganar batallas para las conquistas, no es merecedor del éxito, la osadía no es sinónimo de temeridad, porque ella delinea una acción con propósito, mientras que la otra marca el ímpetu desbordado sin medir las consecuencias.

Quien quiera conquistar la cumbre tiene que subir los escalones, jamás podrá hacerlo anhelando, sin acometer la difícil tarea de escalar. Aunque nos encontraremos con muchos al pie de la montaña esperando  que otros los lleven, sin pagar el precio que demanda la escarpada cima y es justo allí donde aparecen los promeseros  que desean recibir el apoyo para sus pretensiones.

Si Ud. me elige, le mandare un helicóptero, para que lo lleve a lo más alto sin que tenga que hacer ningún esfuerzo ¿Cuál es el resultado? El promesero es puesto en el lugar que quería y al flojo le salen raíces a esperando que se cumpla la promesa.

Toda promesa que no te demande cambios y esfuerzo, no está establecida en la verdad, por lo cual nunca se cumplirá.

Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. Lo sentencia la Palabra de Dios (Eclesiastés 5:5)


Por el pastor: Fernando  Zuleta Vallejo

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