lunes, 14 de agosto de 2017

FABULA DEL HOMBRE Y EL ASNO


Aunque parezca broma,
Conviniéronse un Hombre y un Borrico
En enseñarse el respectivo idioma;
Y el Burro… ¡suerte impía!
No aprendió ni un vocablo solamente
En dos años de estudio y de porfía,
Entretanto que el Hombre, en solo un día,
Aprendió a rebuznar perfectamente.


No trates con el bruto ni un minuto,
Pues no conseguirás la alta corona
De hacerle tú persona,
Y puede suceder que él te haga bruto.
 Miguel Agustín Príncipe.

Nunca podemos ponernos de acuerdo con los burros, ellos se comportan por instinto, y sus acciones responden a los impulsos viscerales, nunca a su capacidad mental, pues es muy exigua por no decir que nula.

El burro por antonomasia representa al ser animado carente de inteligencia y es el reflejo fiel de todos aquellos que incurren en los errores con reiteración y nunca cambian de comportamiento aunque vallan derecho a los farallones que los harán pedazos.

¿Como puede un ser pensante llevar adelante acciones que lo envilecen y cada día lo hacen mas despreciable y abominable? con seguridad debe tener un bloqueo mental que le impide reflexionar sobre las consecuencias de sus actos. Me imagino que tienen una válvula en los meandros del cerebro que les impiden resetear sus ideas.

Son como las formidables maquinas diseñadas para hacer túneles, toda su colosal fuerza es para avanzar y carecen de sistema para retroceder. En este caso jamas se podrá dar marcha atrás y pienso que así por el estilo son quienes no admiten las posibilidades de equivocarse, se creen infalibles y el único que ostenta ese atributo es Dios.

Pensando en estas cuestiones, me pregunto¿habrá personas que no tienen el don de razonar?
¿o por simple terquedad que colinda con la imbecilidad mantienen su posición rayana en la alienación mental?

Hay un extraño cóctel en ellos, pestilente y mortal que amalgama: osadía y temeridad;  avaricia y cinismo; poder y ambición; megalomania y pedantería; autosuficiencia e independencia; orgullo y delirio; jactancia y engreimiento; irracionalidad y tozudez; desidia y desfachatez; arrogancia y altivez y por ultimo miseria y vileza.

No debiera existir un solo ser humano con tan abominable perfil psicológico, para lamento y tragedia de la humanidad, han existido, existen en el presente y existirán en el futuro.

Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo

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