domingo, 30 de marzo de 2014

¿COMO VIVIR?










Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: no tengo en ellos contentamiento.

A algunos se les escapa la vida pensando en lo que pudo haber sido y no fue, en lo que pudieron hacer y no hicieron, en lo que debieron ser y no fueron, entonces la nostalgia por el tiempo perdido o desaprovechado los convierte en paralíticos mentales y entregan el último tiempo de sus vidas a rumiar un pasado inocuo, incoloro, inodoro, insonoro e insípido, que con cada evocación acumulan más insatisfacción y tedio en el presente.

Todo este cumulo de amargos recuerdos en nada ayudan a superan el trauma de no haber cumplido una misión específica en la peregrinación terrenal, pero si ocasiona en cada instante de vida una auto-censura por tener la seguridad  de haber sido inútiles e incapaces de producir algo importante en beneficio personal o particular.

Una vez mi abuelo, ya setentón, me dijo: “quisiera ser joven con la experiencia que tengo”, aunque no hice preguntas a su razonamiento comprendí un dejo de amargura y un auto- reproche en sus palabras, porque no aprovecho los años de fuerza y vigor para alcanzar metas y conquistar objetivos, aunque le reconozco como un hombre que siempre quiso progresar y obtener mejoras en su estándar de vida. Como buen campesino en una ocasión hablando de logros económicos me comento que había dos oportunidades para que el hombre alcanzara riquezas materiales, la primera cuando los hijos estaban pequeños porque sus demandas eran pocas y la segunda cuando  estaban adultos y podían aportar todos para el hogar. Tuviera razón o no era su cosmovisión y aunque era un hombre de campo 100x100 para mi siempre resulto interesante sus ideas, pensamientos y opiniones.

Fue muy doloroso verlo pasar los últimos años de su vida impotente y minado por las enfermedades, fuera de su hábitat natural, como era su añorado campo, sabiendo que sus opciones y oportunidades se habían terminado. En este estadio  de la vida es con seguridad donde pesan más los recuerdos de épocas pasadas sin frutos ni logros de relevancia y seguramente torturando sin misericordia la mente con la evocación del tiempo que se ha esfumado.

Pero si quedan neuronas, creo que no es momento de hibernar y sumirnos en el letargo que produce la amargura de lo que no se pudo conquistar, el  humano es el único ser vivo que tiene esperanza y ella no deja que nos hundamos en las sombras de noches oscuras infinitas, porque cada una tiene su fin y con ello el comienzo de un nuevo amanecer.

Si te quedan veinte años de existencia crea, plantea, innova pero avanza, si te quedan quince re-formula, re-acomoda, re-dimensiona pero continúa, si te quedan diez no desmalles, no te desanimes sigue con paso firme y redoblado, si son cinco no te sientas intimidado el tiempo no será tu aliado pero tú eres un triunfador, si te queda un solo año, es posible  que logres más en ese relativo corto lapso de tiempo que en toda tu existencia anterior, aun si te queda un solo minuto sonríe, tu vida ha tenido sentido y valió la pena haberla vivido, si Cristo esta asistiéndote al final de la jornada terrenal.

El problema es que nos toca vivir a todos con la voraz incógnita de cuanto tiempo nos queda, por lo cual me apego a lo que dijo el apóstol Pablo: lo que ahora vivo, lo vivo lo vivo en la fe en Cristo Jesús.

Gracias pastor Alexander Gutierrez por su excelente colofon, lo reproduzco porque se ajusta perfectamente al contenido de la exposición.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.


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