Es un medio usado por todos
aquellos que quieren imponer sus ideas por la fuerza, usan tanto la presión como
la amenaza, la coerción y la infiltración, todo con el propósito de que los
demás acepten y se alineen con lo que el grupo o la persona quiere llevar a la
práctica, es un método al que recurren frecuentemente los individuos de baja
calaña, la mafia y todo el que este en el sórdido mundo de la delicuencia.
No es una manera legal para
conseguir lo que se proponen, sino una formula artera que pretende doblegar la
voluntad, someter por medio del temor a la
conciencia y el espíritu, eliminando todo vestigio de resistencia a lo que se
considera un derecho licito.
El amedrentamiento vulnera el derecho que todo humano tiene a elaborar ideas
propias y elegir lo de su conveniencia, restringe la capacidad de opinar
y anula la libertad de expresión y de acción.
En un centro de rehabilitación me
conseguí con un cartel que exhibía
prominentemente la siguiente inscripción: "prohibido pensar”. Esto me llamo
poderosamente la atención y averigüe la razón de tan desconcertante mensaje para todos aquellos que componían la
comuna. La respuesta que me dieron fue que si las personas que estaban en el
reclusorio usaron sus pensamientos e ideas propias y eso dio como resultado caer en el devastador mundo de las drogas,
evidentemente sus pensamientos no servían ni conducían a ninguna cosa buena,
por lo que ahora tenían que dejar de hacerlo y comenzar a tener los
pensamientos nuevos que ellos les proporcionaban para que los resultados fueran
distintos y sus vidas tuvieran sentido.
Muy loable las intenciones, pero
pésima la metodología para reintegrar en el mundo de la sobriedad a quienes cayeron en terrorífico mundo de la
drogadicción, esa precisamente es la consigna contundente de quienes se apoyan
en el amedrentamiento para imponer su modelo, pretenden pensar por los demás y
despojarlos de la integridad para tener
absoluto control sobre ellos. Si una persona es reducida a depender de las
ideas de otros, está completamente dividida, porque un hombre sin pensamientos
y sin ideas propias no es más que un guiñapo y un mequetrefe.
Sus argumentos surgieren que no existen otros que sean
capaces de llevar adelante tal o cual empresa y que en el dado caso de ser
reemplazados todo se volverá pedazos y se acabara, se consideran insustituibles e infalibles y toda esa megalomanía la ponen en práctica sometiendo por el temor y
controlando por el miedo.
Cuando conseguir los objetivos teniendo la legalidad
como base fundamental, se obvia y se toman los peligrosos atajos del amedrentamiento, es porque se ha perdido
la capacidad de convencimiento y no se tiene la habilidad para crear mecanismos
que funcionen sin coartar o conculcar los derechos de los demás.
El amedrentamiento es una debilidad
en el carácter de quienes recurren a él, por cuanto no es razonable ni ético,
viola principios inherentes a la individualidad, al libre albedrio, avasalla las
personas atropellando toda capacidad de opinión, manipulando para conseguir todo
lo que no es posible por
medios lícitos y legales.
El que conquista por el temor es esclavo
del miedo, el que conquista por el amor es adalid de la libertad.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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