sábado, 23 de abril de 2011

LA FAMILIA Y LA SOCIEDAD SON MOROCHOS SIAMESES

La familia siempre ha sido el eje  al rededor del cual rota la sociedad, esta ultima da el conocimiento de como funciona la primera, la sociedad es un mostrario  gratuito y permanente de la intimidad y lo oculto de las familias; cuando observamos el acontecer diario radiografiado por el comportamiento social, no estamos haciendo otra cosa que pernear las capas superpuestas de disimulo, de ocultamiento, y de impedimento para tratar de que nadie penetre las barreras que se han construido, como muro infranqueable al rededor de ese núcleo, en constante fricción que llamamos familia. Aquí en nuestro país las alarmas se han encendido, vemos con un dejo de asentimiento los sucesos  relatados a diario en los medios de comunicación , tanto impresos, como audiovisuales y radiales,  donde narran y muestran escenas de la mas cruda realidad que vivimos sin que sintamos asombro, culpa o responsabilidad y menos compadecimiento por el dolor y la tragedia ajena. El sadismo y la crueldad con que son atacados los enemigos, los que parecen ser o simplemente, los ingenuos e inadvertidos que fortuitamente se cruzan en el camino de criminales inescrupulosos que sin el mas leve asomo de sensatez y aprecio por los demás,  atacan inmisericorde, reiterada y malvadamente, no solo con el propósito de eliminarlos, sino de dejar una marca de la mas bestial vesania, que multipliqué el horror y dolor, que causa la misma muerte en si. Hay un rictus  desesperante en tan convulsionada sociedad; es la angustia permanente en las familias; lo que vemos que se manifiesta externamente en la sociedad; es el reflejo interno de las familias.
Creo y es mi opinión muy personal, que hemos hecho las cosas y parece ser, que seguiremos haciéndolas diametralmente opuestas.
Aumentan los transgresores de la ley; como respuesta construyamos mas cárceles
Se multiplican los heridos hagamos mas hospitales.
El número de drogadictos sube diariamente; abramos mas centros de rehabilitación
Crece abruptamente la cantidad de adolescentes embarazadas;ensanchemos los lugares para atender alas madres menores de edad.
La delincuencia juvenil es exorbitante; aumentemos los reformatorios.
La incidencia de madres solteras cada día es mas alta; hagamos mas sitios para atender a estas desafortunadas madres.
El abuso contra las mujeres es incuantificable; abramos mas oficinas para darles ayuda psicológica
Esto seria mas o menos como si hubiera un  aumento en la población gatuna y nuestra respuesta fuera acondicionar el ambiente para que se multipliquen las ratas.
Atacar las consecuencias deja intacto, el origen del mal, lo que permite que siga causando estragos abrumadores con impunidad total.
Los síntomas son manifestaciones visuales y externas, de lo invisible e interno, son indicadores  de anormalidades, que si no desciframos a tiempo llegaran a ser letales e imposibles de erradicar y combatir.
La sociedad esta enferma, porque la familia esta en terapia intensiva. Si solo atacamos las consecuencias de las patologías, y no sus raíces, para dejarla si base de apoyo y de como obtener su forma de proliferarse,          jamas tendremos una sociedad que disfrute de buena salud y un medio ambienta seguro, para una vida en paz
y en armonía.



Por el pastor: Fernando Zuleta V.

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