miércoles, 27 de abril de 2011

LA CARCOMA DE UN GIGANTE

Cuando la moral, no es la practica permanente de los gobernantes, se elimina la única barrera protectora que impide que las aguas putrefactas de la corriente destructiva de la corrupción inunden todos los recintos de la sociedad. Un hombre sin moral tiene un apetito insaciable por el disfrute de todo lo profano, el hedonismo forma parte de su bagaje libertino; es como un abismo sin fin, que nunca se sacia con los que tienen el infeliz privilegio de caer en sus fauces y solo se sentirá a gusto con los de su propia calaña.

 El desplome y el aniquilamiento de lo grandes imperios nunca fue por enemigos externos, siempre se origino por implosiones, las causas de su deterioro y su extinción fueron luchas internas, dentro de su propio seno, muchas veces pudieron estar debilitados, atacados por fuerzas externas, pero unían criterios, se reagrupaban y combatían como uno solo, a un enemigo común, al que siempre vencían, lo que si los doblego y los hizo pedazos, fueron los sórdidos enfrentamientos por el poder, la ruindad de su espíritu entre sus propias autoridades y la ruina moral de su gobernantes.

La inmoralidad destruye la bases mas fuertes y profundas de cualquier institución, es una amenaza permanente, cual espada de Damocles, que fragua todo los fraudes y ataques internamente, lo que hace difícil de detectar y controlar, y cuando ya es manifiesta su presencia todo es caos y destrucción; ¡Ya no existe remedio para el mal!. A la vuelta de la esquina en el tiempo, tenemos la manifestación mas clara y contundente del derrumbamiento de un imperio, del que nadie tenia la mas leve sospecha, de que sus base que eran graníticas, para resistir cualquier agresión foránea por poderosa que fuera no tenia firmeza interior para soportar el mas leve resquebrajamiento interno; no hubo ni siquiera un escritor de ciencia ficción, ni un visionario que anticipara la caída estrepitosa y fulminante del gigante. Le queda bien el mote muy trillado y manoseado por cierto, de un coloso con los pies de barro: LA URSS La Unión Soviética).

La corrupción y el método poco ortodoxo de la ocultación de las deformidades del sistema, como la negación permanente y sistemática de los males que la carcomía, cual águila que devora las entrañas de prometeo , hicieron minar la resistencia y llevar hasta hacer desaparecer todo vestigio de moralidad en sus fuerzas armadas y los diferentes cuerpos represivos de la seguridad nacional; todos equipados y entrenados para destruir cualquier enemigo terrenal por poderoso que fuera, pero que no fueron capaces o no quisieron hacer nada para neutralizar un movimiento interno gestado en sus propias entrañas.

Allí no llego ningún extraño a caldear el ambiente, o ideólogo anticomunista que enardeciera  los ánimos, ni agitador profesional que calentara la plaza roja, el sistema defensivo y de ataque era impresionante, descomunal y maquiavelicamente planificado para producir la máxima destrucción, pero ante tan portentoso y sofisticado equipamiento militar, con armas de destrucción masiva, no valieron en absoluto de nada, cuando el efecto corrosivo de la inmoralidad puso la impronta como sello de identificación en la jerarquías de sus gobernantes.

Un sistema donde proclama al mundo la igualdad entre los hombres, no puede permitirse tener élites privilegiadas, como era el caso patético de los ajedrecistas rusos y solo para enumerar uno; ellos disfrutaban de mansiones dadas por el gobierno, de carros y chóferes pagados por el Estado y prebendas de toda clase, vivían como los antiguos zares antepasados de los Romanov, pero el proletariado moría de frió en los gélidos inviernos, por falta de calefacción en los hogares.

Ninguna institución permanecerá edificada con cimientos tan endebles y resquebrajadizos, como la inmoralidad, que es una de las mas devastadoras derivaciones de la corrupción, que cuando ya a cumplido la nefasta tarea de erosionar, hasta dejar en el aire el basamento, sopla el viento del inconformismo y como una torre de arena echa en la playa, desaparece cuando le toca la mas insignificante de las olas en sus costados.

Se construyeron murallas físicas, se levantaron barreras ideológicas, se instauraron limites políticos, se combatió con saña, sangre y fuego, destruyendo todo intento de cambio en los países que componían el sistema construido por la fuerza de las armas y no por abdeción voluntaria de su conglomerado.

 Pero no provino de ninguno de estos estados inconformes y llenos de aversión contra sus opresores, tampoco de los antagonistas ideológicos y políticos fuera de sus inexpugnables fronteras, fue algo que emergió  de su propio corazón; las invitaciones y llamados externos, no son los que seducen y llevan al precipicio a los estados, naciones, imperios o ha los hombres, son las semillas de la corrupción distribuidas por el torrente sanguino a todo el cuerpo, envenenando cada célula simultáneamente, ocasionando un colapso intempestivo que cuando comienza a mostrar los síntomas de la enfermedad, ya a minado la resistencia y acabado con todas las defensas, aplicar en estos casos un remedio o correctivo, es acicatear mas la fiereza de la patología y multiplicar la fuerza de su poder destructivo.

 Es de suponer que en esto, tuvieron tino las fuerzas represivas y el temible y  formidable ejercito ruso, un ataque a su pueblo, seria un ataque a su propio corazón y la destrucción, inevitable para su nación y su estado, dando la oportunidad a los carroñeros, que como hienas al acecho, esperan una ocasión para repartirse los despojos del banquete que queda después que la muerte a sido su anfitriona y la barbarie y la maldad sus maestros de ceremonia.

Los enemigos mas poderosos y letales no están afuera como es lo que usualmente se cree, nos blindamos contra todo lo externo, pero no somos capaces reconocer las situaciones en el campó gravitatorio de las fuerzas internas de los pueblos, que cuando llegan a su clímax, al perder la esperanza ,quedando a la deriva diluyendo toda su capacidad intrínseca de soportar y de digerir los planteamientos demagógicos de los lideres que han hecho del verbo el arma predilecta para manipular y llenar de esperanzadoras ilusiones a todos los que han puesto su confianza en ellos, llegando el momento fatídico para los que se han especializado en el arte refinado del titerista, cuando se quedan con los hilos en la mano, devolviéndose las antiguas marionetas con poder inusitado, para atacar sin compasión a los que antes los manejaban a su antojo, toda esa frustración contenida se transforma en una carga altamente explosiva que al activarse, el estallido sera incontrolable y sus consecuencias imposibles de cuantificar.

Parece increíble que cuando se acaban las esperanzas, surja la fuerza de las pasiones contenidas con un ímpetu tan desbordante, que no habrá barrera de contención humana capaz de detenerla.

Todo lo externo lo podemos ver, sopesar y medir, lo interno y profundo es desconocido y nadie absoluta y humanamente hablando tiene la capacidad de medir las fuerzas inconmensurables, que están en la profundidad del alma sin esperanza, que se debate en las sombras y en la angustia que cuando pierde toda expectativa y la desconfianza vulnera toda resistencia interior, reacciona como los volcanes que después de cientos de años dormidos, despiertan de la inconsciencia con reacciones explosivas tan poderosas que superan en decenas de veces el poder nefasto y destructivo de cualquier bomba nuclear.

Es bueno terminar con una máxima que nos ha enseñado la historia: " los gobernantes cuando un pueblo pierde la esperanza y confianza en ellos, han firmado su carta de despido y no habrá nada que pueda revocar la sentencia ".



Por el pastor: Fernando Zuleta V.

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