La mayoría de las personas esperamos mucho invirtiendo poco, queremos con un mínimo de esfuerzo grandes resultados, pero muy a nuestro pesar, la ley de la compensación no funciona de esa manera, muchas veces ante los malos resultados optamos por achacarle, a cosas completamente inocuas, como la mala suerte o la famosa pava, la culpabilidad por no conseguir lo que creemos merecer, pero siendo íntegros, y seguramente si nos hiciéramos un examen introspectivo con el propósito de ser imparciales y no condescendientes y blandengues con nosotros mismos, descubriríamos, que hemos fallado, no por situaciones externas o por contingencias fuera de nuestro control, sino porque no nos hemos exigido al máximo cuando deseamos alcanzar una meta. Las personas que han hecho grandes conquistas y alcanzaron triunfos resonantes nunca lo lograron con mínimo de esfuerzo, sino con el máximo, y sacando fuerzas de flaqueza se sobre pusieron a las mas difícil y grandes oposiciones que encontraron en el camino.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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