martes, 1 de abril de 2014

LA PERCEPCION


Generalmente todo el tiempo estamos captando o sintiendo algo, ya sea lo más común como el frió o el calor, la cuestión es que la intensidad de esas sensaciones depende de situaciones personales o son los reflejos del entorno. ¿Cómo puede percibir el que escucha a distancia considerable el tableteo de una metralleta? ¿Cómo siente este mismo ruido el que esta solo a metros? ¿Cuál es la sensación del que se siente atacado por el portador del arma? En estas circunstancias con toda seguridad habrá una variedad de matices, que dependiendo de múltiples factores directos o indirectos, individuales o colectivos alteraran el nivel de percepción de cada uno en particular o de todos en general.

Esa individualidad con todas sus características y vaivenes es lo que siempre ha hecho difícil, la  comunicación y la unificación de criterios, por ese motivo comprender a los demás es un verdadero arte que necesita de muchas habilidades y el despliegue de todo el talento y capacidad de que podamos disponer, pero yendo un poco mas allá del asunto, es un ejercicio constante la necesidad de capacitarnos en todo asunto o materia que tenga que ver con relaciones interpersonales, que requiere una buena dosis de abandono del egoísmo, ya que es vital desprendernos de caprichos, preferencias o poses estereotipadas. Quien mantenga la tesis de ser “yo mismo”,   atroche y moche o rajatabla, jamás podrá alcanzar buenos niveles de comprensión de los demás.

Lo que percibimos, en muchos casos es intuitivo, y esto por consiguiente es una capacidad extra de ciertas personas, que dicha la verdad no es infalible, algunos lo llaman corazonadas, sin darse cuenta que el corazón es bastante engañoso y pervertido. La percepción cuando no es estrictamente sensorial, escala  peligrosamente las cuestas de la superchería y la mentira, dejando de ser algo natural, para sumergirse en el mundo de lo sobrenatural, que manipulado por personas inescrupulosas engañaran sin contemplación a todo aquel que se sienta inclinado a la búsqueda y practica del esoterismo.

La percepción cumple una función determinarte en nuestras vidas, pues es la que permite ver los sucesos desde nuestro único punto de vista personal y hace valoraciones de juicio de acuerdo a los requerimientos del momento, por esa razón escuchamos versiones tan disimiles de la misma historia narrada por personas que han sido testigos del mismo acontecimiento, a la misma hora y en el mismo lugar.

Esto lo podríamos ilustrar con la sencilla historia de escuchar un chiste, el que lo cuenta tiene que reírse para hacerlo aparecer gracioso y contagiar a los oyentes, uno de los que lo escucha no lo entiende por lo cual no hay en él la mas mínima expresión de euforia, la esposa del chistoso se ríe a mandíbula  batiente por razones obvias, a otro le causa un ataque de risa impresionante para no perder la amistad y un cuarto analiza el cuento durante un buen tiempo y le encuentra sentido cuando está visitando la novia a los tres días y en plena conversación con ella suelta aquel rio de risa impresionante.

Lo importante del asunto es que aunque percibamos las cosas de forma diferente estamos obligados a hacer un esfuerzo por entender la manera en que otros lo hacen, para mantener un buen balance y equilibrio entre todos.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.









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