lunes, 31 de octubre de 2011

UNA ENSEÑANZA INESPERADA


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Un día me fui a hacer una visita a unos amigos que durante un buen tiempo había pospuesto por diferentes circunstancias, tal vez la causa que mas me desanimaba era que no sabía con exactitud donde vivían, porque es un sitio semi-rural, sin nomenclatura y de algunas callejuelas sin nombre, lugar que en muchos años no transitaba, pero tenía la idea de que otras personas conocidas en otro lugar cercano al que deseaba ir me podían orientar me decidí y finalmente me puse en marcha y después de una hora y veinte minutos en un auto-bus que mas bien parecía un repartidor de periódicos por las tantas paradas que hizo para recoger y dejar pasajeros en el trayecto que generalmente un carro a velocidad normal lo hace en quince minutos, podemos imaginarnos el fastidio y la molestia que causa ir en un vehículo que rodaba más despacio de lo que caminaba el burro zanchicerro en el que montaba mi bisa-abuelo a comienzos del siglo xx.( el cual tenia tres velocidades: despacio, parado y echado).

Efectivamente después del riguroso saludo y la cálida bienvenida, de disfrutar unos cuantos vasos de agua fría y de compartir un sabroso café, dar detalles y explicaciones a cada integrante de la familia porque tenía un largo trecho  sin aparecer por esos lares y para colmo atine a llegar justo cuando todos estaban reunidos en la sala compartiendo una merienda y al final de que cada uno hizo cálculos de cuanto tiempo tenia sin visitarlos acudiendo a los recuerdos de cual fue la última vez, hasta hacer todos los cómputos, porque a decir verdad se constituyo en una cuestión de honor llegar a dilucidar y estar de acuerdo en la época y la data de mi última aparición en su casa, lo que se logro finalmente gracias la benévola mano de Dios y a su misericordia infinita, después de tomar algunos atajos para no herir susceptibilidades les pregunte a manera de simple curiosidad si conocían la ubicación de las personas que eran la razón principal  de mi presencia en ese lugar, luego de dar los datos requeridos, con pelos y señales me explicaron por medio de indicios y no pocas contradicciones de cada uno de los que intervenían para orientarme, en el medio de todo este tumulto de ideas poco convincentes y cuando ya me disponía a salir a terminar mi odisea apareció el ángel salvador en la figura de un antiguo conocido que al saber de lo que pretendía se ofreció a servirme de guía y esto por supuesto fue otra intervención de la providencia.

Finalmente llegamos al esperado lugar, siendo gentilmente invitados a pasar y después de la presentación de rigor de mi acompañante a los amigos, de disfrutar de sus esmeradas atenciones y un buen tiempo compartiendo debajo de una buena sombra de distintos árboles frutales, allí la prioridad era una joven y agraciada mujer que anteriormente había tenido un gravísimo accidente automovilístico que lamentablemente la dejo parapléjica y por supuesto quería compartir unos momentos con ella, se lo hice saber a sus padres y después que estaba lista para recibirme entre a su cuarto pero me sorprendió que mi acompañante también me siguió en mis intenciones y no quedo mas alternativa que hacerle saber a la joven quien era y relaciónalos formalmente, hablamos como buen equipo con la chica y después  de hacer una oración a Nuestro Dios y Señor nos despedimos con la promesa de volver pronto y no olvidar el camino de regreso, con este amigo que me acompañaba la relación se acerca a los treinta años y hemos hablado en muchísimas oportunidades, pero una cosa que me sorprendió seguramente por haber conocido a esta chica y ver su condición de desvalimiento total, lo  que lo motivo a hablarme de su pasado me dio una comprensión de su personalidad ayudándome a entender lo que en muchas ocasiones había juzgado como extraño en su conducta; el de una manera muy natural, comenzó a decirme: me recordó a mi mama, ella era una mujer parapléjica y tampoco hablaba, los sonidos que emitía eran guturales, pero yo la entendía, cuando ella estaba joven sus padres la tenían que dejar aquí mas abajo en el rancho donde vivan en algunas ocasiones sola y en una de ellas un individuo sin escrúpulos la violo y como consecuencia de ese acto degradante y repugnante quedo embarazada y soy el resultado, agregando pero todo fue para bien, esta afirmación me cimbro y debo confesar que me sacudió hasta lo mas profundo de mi ser, no sé, si cedió cuenta del efecto que causaron esas palabras en mí, porque no le pregunte si lo había notado, pero seguramente lo percibió y añadiendo inmediatamente, no la acción aberrante de macho sin control que hizo el acto horrendo, sino que mis abuelos eran los que cuidaban de mi madre y mi abuela murió y al abuelo le dio una trombosis que lo dejo prácticamente inútil y me hizo una pregunta que me conmovió hasta los tuétanos ¿si yo no hubiera existido quien cuidaría de ella cuando ellos ya no lo podían hacer o cuando faltaron? No se justifica lo que le hicieron, pero yo cuide a mi madre y mi abuelo enfermo hasta que los dos  abandonaron esta tierra.

¡Cuán grande y misericordioso es DIOS! he sido testigo no solo directo, sino que ha pasado con migo en múltiples oportunidades de cómo usa los fracasos de los seres humanos y los transforma en victoria, pero al conocer esta historia  me di cuenta que hay mucho que saber de la omnisciencia y omnipotencia de DIOS, de cómo toma los actos más miserables de los hombres y los convierte en bendición que sobreabunde para su honra y gloria y para beneficio nuestro.

Ese es El mismo DIOS que envió a su UNIGENITO HIJO, para morir en la cruz por ti y por mí, pero resucito para que con El todos los que le aceptemos resucitemos también y se llama JESUCRISTO.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.




















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