Los hijos son herencia divina,son la continuidad nuestra sobre la tierra, representan la perpetuidad de nuestras vidas, significan la proyección al infinito, cuando se tiene un hijo es la continuación de la existencia misma de cada uno de los que tenemos el privilegio de procrearlos, de manera que representan una extensión de nuestro propio ser, cuando vemos en ellos nuestra imagen y entendemos que forman parte de nosotros mismos, sentimos la verdadera responsabilidad y deber genuino que ellos demandan.
Los hijos llenan los aposentos del alma de ternura, las profundidades del espíritu de dulzura y nuestro cuerpo de la sensación que produce la felicidad, de manera que experimentamos integralmente el disfrute de tan grande y maravillosa dádiva de la providencia. Ellos hacen ver la vida con optimismo, son inspiración para avanzar en medio de los avatares propios del transito terrenal, dan impulso en las situaciones difíciles, reconfortan cuando las circunstancias presentan visos de desesperanza, dan fortaleza en las crudas borrascas que tenemos que sortear, son atenuantes ante los imponderables del camino cuando se insinúa intransitable y rudo, aminoran el impacto inevitable de los golpes que producen el permanente roce con las realidades, diluyen las sombras fantasmagóricas con sus rayos de luz, hacen ver las dificultades como un desafió para vencer y no como un imponderable insalvable, en los momentos que la adversidad hace su presentación producen el aliciente para continuar y la capacidad para resistir hasta vencer, son ellos cuando la hora aciaga irrumpe con su fuerza impetuosa para desarticular la paz, los que dan la capacidad para dominar y someter el impulso de sus ondas destructivas, son fuente de esperanza en un mundo que cada día es mas escéptico y carente de confianza, hacen que saquemos fuerzas de flaqueza para derribar obstáculos que sin su inspiración no seriamos capaces de superar, estimulan a los progenitores para que puedan superen sus debilidades y flaquezas capacitándolos para ser dignos ejemplos a seguir, son ellos un instrumento divino para corregirnos y hacernos fuertes en las batallas que cada día tenemos que combatir, son ellos un cúmulo de grandes expectativas que nos enseñan a soñar y a ser visionarios sin saberlo, cada uno es un individuo diferente que nos da una lección diaria de la diversidad y la complejidad de los seres humanos,con ellos recibimos las mas grandes enseñanzas practicas en la cotidianidad de la vida, conseguimos en la simpleza de sus ocurrencias los manantiales de vida que produce la risa sin reservas derivada de su pureza y genuinidad, los hijos son en el medio de la tormenta y el oleaje frenético de este mundo convulsionado, un remanso que aquieta y sosiega el espíritu perturbado, en el desierto que surge inesperado e inevitable que acorrala y amenaza con destruirnos con su resequedad y sofocante calor, apareciendo como la lluvia para apagar el fuego que devora las entrañas y calmar la sed de tan larga travesía, nos enseñan a mirar hacia adelante y a esperar un futuro promisorio, son ellos el acicate que nos revitaliza, proporcionando la fuerza motriz que permanentemente nos impulsa a conseguir metas y objetivos definidos, ellos nos ilustran de como ser mejores padres y nos proporcionan las oportunidades para aprender sobre la marcha lo inédito de criarlos y conjuntamente como vivir la bienaventuranza de tenerlos, los hijos te forman y contribuyen moldear tu personalidad, su influencia es inevitable e imposible de ignorar, sus características marcadas y definidas son un desafió a nuestra capacidad de comprencion desarrollando en alto grado la virtud de la tolerancia, su cosmovisión individual y sus particularidades hacen crecer en nosotros el prodigio de amar al individuo como es, no por lo que es, te convertirán en héroe si ante el peligro por librarlos de un amenaza potencial reaccionas instintivamente para protegerlos o te elevaran al sitial de los mártires si se hace necesario ofrendar la vida para salvaguardar la de ellos, ahuyentan de ti el pérfido egoísmo haciendo que sean mas importantes que tu mismo, te llevan a encontrar en tu interior potenciales desconocidos ante las retos que te plantean, porque las demandas propias y naturales de su existencia hacen emerger el verdadero ser que eres, agudizan tus sentidos y tu percepción se eleva hasta llegar a anticipar muchos sucesos imprevistos, tu mente se ensancha y tus ideales crecen a medida que vez su evolución y desarrollo, la observación de sus comportamientos te convierte en experto analista de sus conductas y en osado interprete de sus acciones, ahora la vida no es solo por ti es también por ellos, liberándote de la horrorosa inclinación al narcisismo, con ellos ríes, sufres, lloras, gozas, disfrutas haciéndote vivir la vida a plenitud y con una motivación extra cada mañana, su permanente compañía nos recuerdan insistentemente la necesidad de la dependencia que tenemos los unos de los otros, son ríos de proyecciones caudalosas, lagos de sueños infinitos, mares de ideas desconocidas y océanos de pensamientos insondables. Amable lector ¿ no te parece que es un don extraordinario procrear hijos?, ciertamente que lo es, pero la responsabilidad con ellos supera con creces todo lo que he dicho que recibimos. Tu decides.
Por el pastor : FERNANDO ZULETA V.
PASTOR Q MARAVILLOSA DESCRIPCION HA HECHO UD ...DE ESA HERMOSA REALIDAD DEL DIA A DIA ...LA CRIANZA DE LOS HIJO ...DEL CONJUNTO DE SENTIMIENTOS Y EMOSIONES ESCONDIDAS Q NUNCA NOS DETENEMOS A PENSAR ...LAS VIVIMOS SIN DARNOS CUENTA DE LO MARAVILLOSO Q HA SIDO DIOS CON NOSOTROS AL REGALARNOS LA BENDICION DE SER PADRES...BUENISIMO SU BLOG ...FELICIDAES Y EXITOS. MARILIN
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