miércoles, 15 de junio de 2011

LA VERDAD



Con el auge que ha tomado el relativismo en nuestros tiempos modernos se a virado hacia un rumbo impreciso y carente de objetividad, nadie ahora puede hablar de verdad absoluta, todo va encaminado por la peligrosa ruta del relativismo, los defensores a ultranza de esta filosofía, no hablan ni permiten que otros lo hagan, según ellos nadie tiene la verdad absoluta, sino que cada uno tiene parte de ella, esto es mas difícil de lo que suponemos, ¿por qué podemos armar semejante rompecabezas, con piezas tan dispersas y en una historia tan diversificada como la humana, para encontrar la anhelada verdad sacando con pinzas de cada uno la porción que tenga de esa verdad y así hacerla completa?
No dejamos de sentirnos perplejos cuando  hablando de algún tema y somos parados en seco, cuando no se está de acuerdo con lo que decimos y para finalizar la conversación abruptamente se nos sentencia con la estertorea frase: esa es tu verdad, yo tengo la mía ¡Finiquito!
Como podemos ser tan obcecados para negar lo que estamos viviendo y siendo protagonistas de ello, solamente con el pretexto, de que nada es absoluto y todo es relativo.
Yo veo el relativismo como un estado de inconsciencia, donde se vive una permanente fantasía, aceptando solo lo que nos conviene y agrada, desechando todo aquello  que nos incomoda y nos confronta con la realidad, porque si nada es bueno o malo; nada es verdad o mentira; si los colores cada uno los ve distintos, y sus tonalidades son diferentes  e identificadas por apreciaciones subjetivas y no objetivas ¿cómo es que cuando decimos rojo, todos lo identificamos? solo cuando se sufre de daltonismo es que hay problemas para reconocer la gama de los colores, pero esto obedece a una situación de deficiencia visual y no al caprichoso relativismo.
Me parece que todo obedece a una falsa premisa y aun deseo de vivir de acuerdo a parámetros individuales y no de acuerdo con las normas, que por necesidad y obligatoriedad establece cada sociedad, pues estas surgen por condicionamientos propios del colectivo y no por razones personales.
Por su puesto que hay una cosmovisión distinta en cada persona, dependiendo de múltiples factores y percepciones muy diferenciadas en los individuos, que con claridad marcan notables caracteristicas entre unos y otros; es lo que algunos llaman "la diversidad en la unidad," sin poder negar que habiendo muchas diferencias, también existen muchas convergencias, siendo este el punto donde podemos encontrar verdades que son reales para todos, los ciegos aunque no puedan ver el sol, no podrán negar su existencia porque no lo ven, ya que reciben el impacto directo en sus cuerpos de sus vitales  rayos cuando este hace su aparición diaria, seguramente que cuando el cielo amanece encapotado, lloviendo y con vientos mas fríos que de costumbre, un invidente dirá ¡hoy no ha salido el sol! le diremos, eso es relativo, ¿cuál sol?, ¿de que hablas?, seguro que ayer recibiste mucho sol y se te achicharraron las neuronas.
El dolor es algo tan auténtico, que seguramente quien lo niegue, será catalogado de alienado mental, ante el no vale el positivismo, ni la negación obtusa de su existencia, con decir que es relativo, no va a desaparecer, ni lo vamos a eliminar, cualquiera que lo sienta, no lo podra ver pero buscara la manera de remediarlo, porque sabemos que los únicos que lo disfrutan son los masoquistas y esto obedece a una desviación sexual, que es una anormalidad y no a una condición general de los seres humanos.
El relativismo nos demanda tolerancia con la individualidad de cada quien, exige una aceptación incondicional, supra-adecuación a las maneras y normas establecidas unipersonalmente, donde ninguna conducta puede ser catalogada de inadecuada, aunque vaya en contra de la moral y las buenas costumbres, el resultado es que el relativismo prohíbe expresamente ver en los demás, modelos antinaturales o antiéticos, porque inmediatamente seremos catalogados de hacer juicio contra ellos o de sufrir la malsana y destructiva discriminación.
Amable lector delante  está el abanico de posibilidades, tú tienes igual que mi persona muchas verdades, de las cuales bastantes entraran en el círculo forzado del relativismo, pero también otras tantas estarán en el espacioso universo de lo absoluto, entre ellas como la más inmensa, autentica e inigualable de todas: JESUCRISTO EL SEÑOR.

   Por el pastor: Fernando Zuleta V.         

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