Vivimos, estamos aquí en nuestro gran mundo, pensamos porque vivimos, según el
postulado de Descartes: pienso luego existo, se refiere exclusivamente a los
seres humanos, porque otra clase de organismos vivos existen sin necesidad de
pensar, sin hacer valoración, sin buscar la causa de su existencia, eso solo es
prerrogativa del hombre hecho a imagen y semejanza de Dios. El hombre tiene una
capacidad muy superior a los demás seres terrenales: el intelecto; ese solo
detalle lo diferencia enormemente de toda la demás creación de Dios, que puede
usar para ser el primero o el ultimo, que lo puede catapultar a las cimas más
elevadas o hacerlo descender las simas más profundas, las demás criaturas
tienen un estándar de vida que el único que tiene la capacidad de alterar o es
Dios o es el hombre, por la sencilla razón que Dios es soberano y el hombre
porque recibió de Él, el atributo transmisible de la sabiduría, que en la
medida que mas intimamos con El, mas se ensancha y aumenta.
El mustango o caballo salvaje de las
praderas americanas, vive en su hábitat natural, se comporta cumpliendo
patrones predeterminados por el que lo creo , pero incapaz de
cambiarlos o alterarlos, el hombre interviene, lo domina, lo somete y lo doma y
le altera su comportamiento, le hace un establo, le provee alimentos con otros
nutrientes y lo habitúa a otro comportamiento y ¿por qué?, simplemente porque
fue autorizado por su Hacedor, cuando le dijo: hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza y señoree en los peces del mar, en las
aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se
arrastra sobre la tierra.(Gen 1. 26.)
Un deseo aliena la conducta del hombre y
lo lleva elucubrar los mas disimiles pensamientos a cerca de su origen, por la absurda
idea de conseguir explicaciones que considera lógicas y ajustadas a lo científico,
capaces de comprender con su inquisidora mente, el universo y todo cuanto
existe; bueno, es cierto que Dios lo autorizo y le transfirió atributos para
ampliar su conocimiento, pero la problemática surge cuando quiere saber todo
sin tener en cuenta a su Hacedor, todo acontece por la tendencia de excluir de
sus planes al omnipotente Dios, si Dios lo sabe todo, no sería más fácil y
menos oneroso ser amigo de Él, para que de esa forma nos de la información que
necesitamos conocer y marchemos juntos en las conquistas y objetivos deseados.
Esta fórmula de actuar en soledad, nunca ha
traído los resultados deseados o
esperados, porque es una aventura hacia lo desconocido sin tener un guía en el
camino donde hay toda clase de peligros que ni conocemos, ni sabemos vencer o
sortear y menos los sitos donde están asechando
listos para destruirnos. Sería más o menos como intentar cruzar el Atlántico a
nado sin asistencia de ninguna especie, dejando a un lado los modernos sistemas
de transporte, que en horas nos llevarían a la otra orilla, para ¿comprobar qué?
¿Quién que intente semejante desatino seria catalogado de cuerdo?, pero en la
turbulencia que se agita dentro de su ser, el hombre intenta todos los días avanzar
por vías más peligrosas que ese inmenso océano solo y sin brújula que lo oriente
y lo conduzca a buen puerto. Sería bueno tener siempre presente la sentencia
divina: sin mi nada podéis hacer.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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