Hebreos
3: 12-13 mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de
incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortándonos los unos a los
otros cada día, entre tanto que se dice: hoy; para que ninguno de vosotros se
endurezca por el engaño del pecado.
La
exhortación aparece como un mecanismo instituido por Dios para evitar la desviación
de la verdad, de manera que bien entendido es un correctivo a tiempo para mantenernos
en el camino del bien y si somos entendidos y deseamos vivir para agradar al
Señor debemos agradecer toda exhortación que se nos haga, ya que el fin de ella
es mantenernos en el carril y evitarnos el descarrilamiento.
Es
importante que el que exhorta esté claro
en su significado y razón y atendiendo el requerimiento del Señor, lo haga con sencillez
y humildad, porque al darla tiene que demostrar un interés genuino
por la persona y solo debe animarlo a contribuir para mejorar la vida
espiritual de ella y en ningún momento a minimizar, apocar o hacer sentir mal
al otro.
La
exhortación es una invitación al cambio
La
idea es invitar al cambio enumerando los beneficios que conlleva concretarlos,
es una presentación de todo aquello que es ventajoso hacer
si es bueno o dejar de hacer si es malo o incongruente con la doctrina
Cristo céntrica que enseña la Palabra de Dios.
La exhortación es presentación de
ventajas
La exhortación es hacer una presentación de las ventajas de vivir de acuerdo con lo establecido por Dios y una indicación de las consecuencias del rechazo a esos mandatos.
La exhortación es rogar
Es
un ruego que manifiesta el sentir del Señor, como dice textualmente 2 Co 5: 20.
Así que somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: reconciliaos con Dios
La exhortación es alentar
… os rogamos que alentéis a los de poco ánimo…1 ts. 5:14. Es crear esperanza, es decirle al desalentado soy tu sabana, termino africano para acompañante que tiene como sentido resguardar, cubrir, proteger, ayudar, servir, ser de apoyo, es manifestar completa disposición de palabra y hechos, es crearle la seguridad de que su hombro está disponible para que se apoye en él, cuando las fuerzas están flaqueando o lo abandonan, que tus manos están extendidas alrededor suyo, por si tropieza y tambalea en el camino, sosteniéndolo y evitando la caiga.
La exhortación es animar
Sin
ánimo significa literalmente que no tiene alma, en consecuencia está muerto, de
manera que exhortar es levantar muertos, cuando una persona se rinde pierde el
ánimo y acepta la derrota, por lo cual el que le gusta exhortar debe tener la
capacidad de levantar al caído, darle nuevas fuerzas, hacerle recobrar los
bríos perdidos y asegurarle que tiene la capacidad de vencer las dificultades
que lo han postrado y lo tienen sumido la desesperanza e indiferencia.
La exhortación es confortar
Dar ánimos, apoyo y consuelo a una persona para que sea fuerte en una situación triste o adversa, es renovar las fuerzas y el vigor a una persona débil o cansada.
La exhortación es
consolación
Practicar la exhortación puede ser peligroso
Muchas veces nos vemos ante la circunstancia de confiar en personas que tienen un pasado tormentoso y negro, pero es necesario confiar, porque esa confianza es la herramienta que puede usar Dios para reforzar su estima y dar aliciente, pudiendo ser el primer paso a la gloriosa libertad en Cristo para ellos. Creo que si no confiamos en lo que hace Cristo en otras personas, es que no ha hecho nada en nosotros y por esa razón no podemos creer en el cambio y trasformación de los demás. Jamás podrás creer que otros cambien, si tú no has cambiado.
Dos
consejos que debemos tener en cuenta a la hora de exhortar, nunca la confundas
con regañar, señalar, criticar, sermonear, juzgar o reprender y siempre hay que tener en cuenta
lo que dice la Palabra de Dios: hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna
falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre,
considerándote a ti mismo, no sea que tu también seas tentado.gal 6:1.
Por
el pastor: Fernando Zuleta V.
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