En muchas ocasiones nos hacemos
preguntas sobre la manera en que los demás hacen tal o cual cosa, haciendo un
juicio a priori, viendo escueta y someramente las acciones o resultados del
proceder, arriesgando teorías sobre las consecuencias y extendiéndonos
considerando los resultados en el tiempo. Veamos el asunto de una manera grafica.
Estamos varios personas saliendo para la molienda que vamos a iniciar en breve
tiempo y escuchamos que en dirección a nosotros por una pendiente del camino un
ruido extraño que sonaba rítmicamente plaa, plaa, plaa, que se acercaba, las
miradas inmediatamente convergieron en
esa dirección y nos quedamos
sorprendidos cuando apareció un enorme sapo dando saltos espectaculares por la
pendiente abajo en línea recta, lo cual le daba un impulso extra a su gran
capacidad de experto saltador, estábamos sin decir palabra alguna, cada uno
pensando en la razón de la soberbia demostración del batracio, haciendo
conjeturas que pudieran dar explicación a lo que para nosotros nos parecía un
comportamiento fuera de lugar, alguno se le ocurrió pensar que quería romper un
record guines, otro a lo mejor que era una acción suicida, seguramente alguien
creyó que se trataba de un ejercicio para mantenerse en buena forma
física, pero todas estas argumentaciones teóricas, se esfumaron cuando segundos
después, causando más estupor que
sorpresa y siguiendo el sentido del anfibio apareció a vertiginosa velocidad una
gran serpiente cazadora, que clarificaba la premura y la resolución que el
asustado saltarín había manifestado.
Para el sapo la única manera de
salvar su vida era un arroyuelo que estaba unos treinta metros del lugar donde
nosotros estábamos y hacia allí dirigió toda su fuerza y sus sentidos, en
realidad nunca supimos si logro ponerse a salvo en esta ocasión, pero si tenía
reales posibilidades porque le faltaba poco camino y la adrenalina había
multiplicado su fuerza y coraje. Si quieres saber que experimento el anuro,
tienes que ponerte su piel y estar en sus mismas condiciones, de otra manera
todo será elucubraciones y especulaciones.
Un proverbio indio dice: nunca criticare como
camina mí hermano sino me pongo sus zapatos, no es otra cosa que ponernos la
piel del sapo, situarnos en la posición y situación en que el otro está
sumergido, es muy difícil comprender ciertos hechos y mas difícil aun es ayudar
a quien manifiesta problemas que la mayoría considera insolubles y por esa
razón se usa la etiqueta de irrecuperable, porque es simple decir no hay nada
que hacer o no podemos hacer nada por determinada persona, pero lo que sí es
complejo y entraña enormes dificultades, es ponernos la piel del otro para
experimentar lo que se siente o porque lo siente y entonces podemos pensar en
como ayudarlo a que supere sus dificultades.
En una fría madrugada bogotana
llega al lugar donde estoy trabajando un indigente y sacando de sus bolsillos dinero me pide un refresco,
se lo sirvo y observo con atención con la avidez conque lo consume y me lanza
una frase que nunca se me olvida: nadie sabe con la sed que otro bebe. Años
después, cuando comienzo el trabajo de consejero es que puedo entender mejor el
significado de esta oración al tener que brindar apoyo y ayuda a personas que
no tienen esperanza, pero por las cuales Cristo dio su vida en la cruz y
derramo su sangre en el calvario y entonces entiendo la dimensión de su
sacrificio haciéndose hombre para experimentar en su propia piel, lo que era un
ser humano en toda su dimensión. Jesucristo se hizo hombre por ti y
por mí, ¿no querrás aceptar a quien se puso la piel de sapo para salvarte?. Eso
solo tú lo decides.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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