Nefastas todas las ideas surgidas de una mente pequeña, sin ideas propias, ancladas en modelos fracasados que solo han dejado una estela de ruina y destrucción en donde se han implementado.Quien vea a Venezuela sin conocer los antecedentes del siniestro, pensara que un huracán tipo 5 se ensaño contra este suelo y lo convirtió en tierra arrasada. "orderint, dum metuant". "Que me odien, con tal de que me teman" (Caligula).
Inicuas todas las pretensiones de igualar en el plano económico a un país entero que por su variopinto y diversificado conglomerado no todos son buenos administradores y la prueba contundente y sólida la dan los que se creyeron estadistas y han conducido la política económica del Estado llevándola al desfiladero de la miseria. La mayor miseria de un ser humano es creerse superior a otros.
Corroída y desarticulada la sociedad deambula sin esperanza por cuanto todo lo que escucha son promesas huecas carentes de todo sentido de la realidad, la propaganda oficial nos muestra un país lleno de oportunidades y con todas las necesidades básicas suplidas, pero los estómagos vacíos, se pregunta ¿Dónde está ese país de las maravillas?
Oneroso el costo de tener dirigentes políticos que juegan con el presente de un pueblo diseñando estrategias del ensayo y el error, no hay juego tan peligroso que practicar el azar, convencidos de la inexistente buena suerte, pretendiendo que el destino quimérico los eligió para grandes proezas, conquistar poderosos enemigos y ganar épicas batallas. No existe peor necio que aquel que se cree elegido por la diosa fortuna, cuando los imponderables de la vida lo ponen en condiciones de poder.
Lamento y tormento se aglutinan en las febriles mentes presas por el pánico que produce la escasa provisión de medicinas, escuchando la verborrea cínica que sostiene sin ningún atisbo de vergüenza que no existe ninguna crisis en la materia.
Amargo como la hiel es el trago que bebemos todos los días al salir a buscar la manera de sobrevivir y encontrarnos con la feroz realidad que los precios de los productos son más elevados haciéndose inalcanzables e imposibles de adquirir. Mentirosos porque con extrema tozudez niegan la realidad presente.
Sucio y con olor nauseabundo es todo lo que emana de los contubernios donde se toman las decisiones más deschavetadas para conducir este noble pueblo, sin tener en cuenta los males que le acarrean, sino los beneficios que obtienen haciendo truculencias y artimañas que demuestran su miseria moral y espiritual.
Malhadada la hora cuando el pueblo creyó en promesas mesiánicas y se dejo conducir por sueños fantasiosos que originaron horrendas pesadillas, sin tiempo ni límite que señale la hora en que termine; se dejaron arrastrar como los nautas de la odisea al escuchar las sugestivas y melodiosas voces de las fascinantes sirenas y no pudiendo resistir su embrujo terminaron en las fauces de monstruos terroríficos. Esos seres son mitológicos, pero en nuestro entorno son tan reales como el hambre devoradora y que no desaparece sino es saciada con alimento físico.
Adlateres al por mayor surgen como las moscas en donde está amontonada la basura hedionda y putrefacta, para recoger parte del botín que cada día agarran a ultranza todos los seguidores y sustentadores del mefítico sistema de gobierno que corroe todas las bases de la justicia y la equidad
Deplorable y en extremo vergonzoso es la defensa que los protagonistas de este desastroso régimen hacen de esta hora infausta que trae dolor y angustia al pueblo víctima de su propia ejecución, al hacer una elección que los llevaría a la paz y la bonanza y llegaron al mar de las tormentas y tempestades, mintiendo ante la opinión mundial de la trágica realidad que el pueblo venezolano pasa y siente en carne viva.
Urden maquinaciones pervertidas que les permitan permanecer teniendo el control, no se dan cuenta que ninguna falsedad prevalece indefinida en el tiempo y que cada dia que agregan a su calendario de horror, es una pagina que cercenan de su itinerario perturbador y destructivo
Rumian en su intimidad todas las perversas y descabelladas ideas para imponer estorbos que impiden que se restituya el sano equilibrio entre los poderes públicos, defenestrando y señalando a quien reclame con legitimidad los derechos constitucionales, solo ellos tienen la autoridad para interpretar la carta magna, y así la violentan con asiduidad y acusan a quien exige respeto y acatamiento. Son idénticos a los monos que hacen burla del rabo ajeno, sin tener en cuenta que tienen uno igual.
Opresores de mentes insensatas carcomidas por el virus de la inoperancia que fustigan a todo el que se opone a ideales ausentes de lógica y sentido común, porque fueron inflados por el delirio de grandeza que avezados manipuladores enquistaron en los recónditos escondites del subconsciente, alentados por ideas lisonjeras que subieron el orgullo al extremo de la megalomanía, haciendo manejable a su antojo su endeble personalidad. Quien alimenta la vanidad de las almas pequeñas, se constituye en su amo y su señor.
Maldad respiran por todos los poros quienes someten con engaños la buena fe de los que creen en sus postulados de grandeza y se llevan cautiva la esperanza de todos los seguidores que a pie juntillas aceptaron la avalancha locuaz de pérfidos titiriteros.
Ominoso es el resultado de todo lo que se logra usando de argucias para conseguir objetivos personales, dejando las cicatrices imborrables en todos los se constituyeron en peldaño para que conquistaran la cumbre, allí donde pusieron sus plantas pisotearon y hollaron los sentimientos dejando sin tabla de salvación a los creyeron en su redención.
Rotos y hecho añicos como el cristal cuando se rompe producido por un impacto violento, quedaron las ilusiones, vueltos pedazos los sueños, esparcidos en lo ancho y largo de la geografía patria, imposible de recogerlos, fueron tantos sus fragmentos, que fuera de las fronteras terrestres, donde quiera que se haya un venezolano a su alrededor están las esquirlas de la explosión dantesca y destructiva.
Obnubilados los sentidos, no están en capacidad de percibir la catástrofe que se cierne cual espada de Damocles, son tantas las confusiones en que hemos sido inmersos, que disminuye el nivel de conciencia, terminando con la capacidad de percepción, no parece que el pueblo sienta con intensidad todas las penurias y solo atinan a esperar en el postrer estado de conformismo y laxitud.
Sombras negras cubren el horizonte, señal de una grande tempestad acompañada de oleadas de poderosos huracanes y para hacer peor y tenebroso su desenlace, no existe previsión para enfrentar la crudeza y bravura de su descomunal fuerza destructiva, no hay lugares de protección y no existen refugios disponibles, todo está a la intemperie, es la irresponsabilidad grandísima de quienes
producen las tormentas y ninguna opcion para contrarrestarlas, solo el verbo repetitivo de metas sin planificación, ideas sin ejecución, objetivos sin metodología para alcanzarlos, mucha labia edulcorante que hace soñar a los ilusos, porque son expertos en arte de la demagogia, que según dijo Aristóteles hace 2.300 años, es la forma más degenerada de la democracia.
y ... ante el panorama sombrío donde ni el más avezado de los artistas puede plasmar el cuadro de líneas de horror que den marco de referencia a la calamidad del pueblo que camina en una procesión donde las feroces fuerzas de la necesidad desesperante los lleva a rastras a deambular sin horizonte definido, parecen el botín macabro del ganador de una guerra donde hambre fue el general que ocasionó la derrota y todos los vencidos muestran en sus cuerpos macilentos los estragos de un prolongado ayuno forzado.
Como no entendieron que todos aquellos que se atornillaron al poder dejando a un costado las implicaciones que conlleva tomar el cáliz de la embriagante pócima de la vanagloria y se dejaron encandilar por la luz enceguecedora de la adulación, serán devorados por las bestias sanguinarias que crearon como medios de protección. El que siembra vientos recoge tempestades.
Infame toda la conchupancia y medidas que tras bastidores nacen en mentes carcomidas por la fiebre del aparentismo, mostrándose como adalides y son monstruos que en su laboratorio se recrearon tomando brebajes que los convirtieron en la nueva familia frankenstein.
Lobos carniceros y en extremo sanguinarios que muestran su ferocidad atacando y destruyendo sin piedad ni contemplación, su sello destructivo, es clara demostración de tener mentes alienadas que por su grave patología no pueden diferenciar entre el bien y el mal. A lo bueno llaman malo y a la luz tinieblas, su bipolaridad los tiene enajenados e incapacitados de distinguir antagonismos, por lo cual les da lo mismo la vida que la muerte; el sufrimiento que la felicidad; el odio que el amor; la verdad que la mentira. Viven en dos mundos opuestos, incapaces de diferenciar.
Indolencia e indiferencia son sus marcas registradas que lleva cada acción degradante que ejecutan, porque su escaso entendimiento de la realidad les impide ver las consecuencias trágicas de malas decisiones realizadas. No tienen la capacidad racional de sopesar o medir y menos la de cuantificar o cualificar. Actúan sin dirección conocida y caminar en una ruta que en esas condiciones tiene todas las opciones de terminar en el despeñadero. Lo dramático de todo, es que ellos conducen el auto-bus y no perecerán solos, sino que arrastrará al abismo a seguidores y detractores. El último grito siniestro y terrorífico que se oirá, será: ¡muera el chofer y todos sus ocupantes!
Agudizan en cada segundo la crisis en todas sus variadas manifestaciones, pero se comportan como los cuadrumanos del cuadro alegórico que los representan con los oídos tapados, la boca cerrada y los ojos vendados. De esa manera muestran su insensibilidad y la extrema carencia de afecto natural.
Funestas siempre han sido las pretensiones de las mentes pequeñas, porque la falta de capacidad creativa la tratan de remediar con ideas fuera de toda órbita natural, crean en su imaginería mundos irreales que escapan de toda lógica, piensan que están haciendo el país de las maravillas y no se percatan que están construyendo el de las pesadillas. Mezclan mitología y realidad, sin diferenciar la una de la otra y eso equivale a estar en dos polos opuestos, en uno con momentos de lucidez y en el otro con momentos de locura.
Lúgubres y por demás negros son todos los resultados de esta ambivalencia mental, nadie con cordura y dueño de sus cinco sentidos navega en las corrientes de aguas torrentosas y peligrosas, teniendo al lado las calmadas y apacibles. El que ama el peligro no está cuerdo, porque la insensatez y la necedad son síntomas claros de vesania.
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Oprimen como medio de control, parece que se divorciaron de la historia negando todo el cúmulo de resultados ocasionados por esta práctica depravada y no entienden que este mecanismo perverso en cualquiera sea la ocasión, será engullido por el efecto bola de nieve, solo hace falta que alguien lo comience y la avalancha se hará indetenible arrasando todo cuanto encuentre a su paso arrollador.
Repudio generalizado es lo que se siente y se percibe en todos los que padecemos las consecuencias de la puesta en práctica de ideas demenciales y caóticas. Ahora existe un inconformismo que se palpa en el ambiente que se hace dia a dia mas pesado y saturado de aire enrarecido que envenena el alma y el espíritu y que produce consecuencias más letales que envenenar el cuerpo, porque éste moriría, pero el alma y el espíritu no, vivirán para destruir sin compasión ni misericordia.
¡Enardecido y encolerizada un pueblo solo Dios tiene poder para contenerlo!
Sembraron las semillas del resentimiento y ahora los campos están saturados de odio y de rencor, llenaron las vasijas del engaño, ahora todos los aposentos se desbordan de mentiras y fraudes; nadie puede esparcir mala semilla y recoger buena cosecha. Lo que siembras, eso cosecharas.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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