lunes, 8 de octubre de 2012

SOLO ME PASA A MI.



Es muy entretenida la anécdota del hombre que viajando por una carretera destapada,  atravesando campiñas con muy poca población, se accidento al espicharcele un caucho e inmediatamente el primer pensamiento fue que con toda seguridad no tendría gato para poner el repuesto y efectivamente cuando abrió la maleta, no tenia gato. Levanto la mirada y allá a lo lejos se insinuaba leve y confusamente una casa, comenzó a caminar en esa dirección, mascullando palabras de desaprobación y frustración haciéndose a la idea de que seguramente allí no le prestarían ayuda y cuando después de vencer sus sórdidos pensamientos, se animo a entrar al portal de la morada, donde una simpática señora salio a recibir al inesperado visitante,  antes de que ella pudiera extender su saludo, el exclamo ¡Ud. no me va a prestar ese gato! y dando media vuelta se alejo sin siquiera exponer la razón de su presencia en el lugar.

Esto parece insólito, pero no lo es tanto, en la vida real, estando en una carpa que hacia de templo, llego un extraño visitante y sin preámbulos me dijo: estoy pasando por un problema terrible... se detuvo y mirándome de arriba abajo exclamo ¡pero Ud. no puede ayudarme ! haciendo el ademan de irse, a lo que agregue puede ser posible, pero es menos posible aun, sino se de que se trata su problema. Ante esta observación, desistió momentáneamente de irse y decidió contar el drama que estaba viviendo, pero al comenzar su historia, volvió a insistir con la  lacónica frase ¡Ud. no me puede ayudar!, remache mi argumento: si no se de que se trata el problema, seguramente que no podre e insistí, menos lo podre hacer sin saber que le ha pasado. Finalmente asedio y fue explicando la causa de su aflicción, su esposa lo había abandonado hacia quince días  llevándose con ella a sus dos pequeñas hijas y en su desesperación y angustia estaba convencido de que se iba a morir si esta situación no se arreglaba lo antes posible, para quitarle tensión al drama y hacerlo reaccionar, le dije: de eso no se va a morir e inmediatamente inquirió ¿como lo sabe? a lo que agregue: porque lo que ahora Ud. esta viviendo, yo lo estoy haciendo desde hace cuatro años y véame  estoy vivo y en completo uso de mis facultades. 

Cuando este caballero, se persuadió de que su problema no era el mas difícil de todos y que se podía vivir con el asta llegar a tolerarlo o vencerlo, fue cambiando la perspectiva de la situación y después de una larga platica se alejo convencido de que tendría solución y había esperanza. Este cambio de actitud no se debió, no se origino porque le hable de mi valor y de mi hombría, sino porque lo lleve a poner toda la confianza en Jesucristo, recordandole lo que esta escrito: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.

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