lunes, 25 de julio de 2011

LOS ANTAGONISMOS

                 



Vivimos en un mundo donde todos podemos emitir opiniones, expresar conceptos, exteriorizar ideas, aventurar hipótesis y hasta darnos el cache de inventar teorías, aunado a esto están los charlatanes de oficio y los empedernidos difusores de cuentos de camino y los transmisores de historias fantásticas y mitológicas, como podemos darnos cuenta contamos con un material tan abundante que no queda tiempo de revisarlo todo, aunque le dediquemos las veinticuatro (24) horas al día. ¿Que nos queda? ser selectivos y sacar con pinzas de todo lo que nos ofrecen seleccionar, sintetizar, resumir y quedarnos con lo excelente.

No se puede perder el tiempo en minucias y en cosas que no tienen valor de ninguna clase, una de las situaciones más deprimentes que se presenta en una discusión es tratar de ganarla, que por lo general se plantea con ese fin, hay un afán por demostrar lo habilidosos que somos o lo calificados que estamos y no dejamos de lado ningún elemento que se pueda usar, aunque sea ofensivo, degradante o destructivo, si esa es el arma con la que podamos derrotar al contrincante. Eso pasa a nivel individual y también colectivamente, sabemos que las armas jamás se obtienen para disuadir, esa es la más grande mentira que se dice sobre ellas, recordemos la destructiva y letal bomba atómica y preguntémosle a Nagasaki y Hiroshima, si ¿se usaron contra ellas para disuadirlas o destruirlas?

La famosa frase de Flavio Vegecio Renato del año 450 “si quieres la paz prepárate para la guerra,” es el resultado que viene del ansia del sometimiento a los demás que el hombre ha tenido en toda su existencia, porque bien sabemos que el temor auto-impone censura, hay muchas situaciones que cambian en las naciones cuando los regímenes atemorizan anunciando restinciones, penas o sometimiento a la ley si se hacen cosas que puedan dañar su imagen, denunciando tropelías, dolos, malversación o corrupción de los que se encargan de su sostenimiento y sus ejecutorias. Todo el que quiera mantener una posición, independientemente del sitial que ocupe recurrirá a cualquier elemento, así no sea el mas ortodoxo o legal para mantenerse y una de las armas más detestables, pero más usadas es causar temor y de esa manera mantener el control.

Cuando una persona necesita su trabajo, porque tiene responsabilidades con su familia, muchas veces tiene que sufrir el despotismo de un jefe irascible, los reclamos injustificados, los malos tratos, las acusaciones capciosas o los insultos gratuitos, porque sabe muy bien que de ese trabajo depende el bienestar familiar, el miedo a perder la fuente de ingresos, le lleva a un estado de sometimiento involuntario, a soportar vejámenes y dejar a un lado la dignidad, convirtiéndose en un hombre servil, allí se aplica el famoso refrán, que para muchos no pasa de ser una singular expresión folclórica de los pueblos, pero que desafortunadamente es una realidad presente en la mayoría de los lugares de trabajo: “el jefe siempre tiene la razón”.

Conozco a un gran país, que lo llamare “el país de los antagonismos”, en el cual los gobernantes y sus seguidores hablan de las bondades de su régimen como el mas democrático del mundo, lo exaltan esgrimiendo como estandarte la libertad de expresión, señalan a su constitución y a sus leyes como las mas modernas y aventajadas en los derechos humanos, indicando el carácter moral de sus acciones y proclaman abiertamente la igualdad entre sus habitantes y el respecto por el derecho ajeno, pero todo empleado público está obligado a respaldar sus marchas y manifestaciones así este en contra de su filiación política o de sus convicciones intrínsecas, usando prendas de vestir que identifiquen al partido gobernante y toda una parafernalia de objetos y fetiches que den realce a la naturaleza super-democratica del gobierno, con el acondicionamiento implícito de que si no obedece las normas establecidas moral-legal y democráticamente por sus jerarcas políticos son votados de su empleo y como se dice en lenguaje coloquial “y sin derecho a pataleo.”

Hablando escueta y llanamente ¿estás coacciones comulgan y van en concordancia con los predicamentos de los lideres políticos? Todo discurso con dobleces es inmoral, no podemos tener el rasero del doble ánimo y para conocerlo con un término de vanguardia, usar “la ética situacional” la cual es el resultado de la inmoralidad del doble discurso. ¿Quien está de acuerdo con lo que hacia el narcotraficante Pablo Escobar, que inundaba a los mercados de droga y creaba y sostenía económicamente a centros de rehabilitación para los que caían en esta perversa adicción?

¿Cómo se puede hablar públicamente de que queremos y haremos hasta lo imposible, por la seguridad y la paz de la comunidad y soterradamente se permite que se inunde la población civil de armamento de todos los calibres y magnitudes?

Conocí un joven que el anhelo de él, era ser oficial de las fuerzas armadas y en una conversación casual, se le pregunto ¿Por qué quieres hacer la carrera de las armas? y respondió: para tener poder y para mandar, afortunadamente para muchos mortales no pudo concretar sus sueños y lo máximo que llego fue a policía, podemos suponer cómo le irá a los nuevos que se topan con el o a los desapercibidos transeúntes que tienen el desagradable privilegio de encontrárselo. Cuando queremos obtener una posición solo con el fin de avasallar, al lograrlo nos convertimos en seres inescrupulosos carentes de todo vestigio de humildad y sensatez. El proverbista dice: “cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; mas cuando domina el impío el pueblo gime” una manifestación clara de la impiedad, es la práctica de la mentira y el engaño como argumentos sutiles con tinte misericordioso y sucesivamente recurrimos a la mentira dándole un toque de necesaria y piadosa, conociendo que sus resultados siempre serán desastrosos y perjudiciales.

A mí personalmente me han mentido y engañado muchas veces, pero cuando descubro estas falacias, las personas que incurrieron en ello, pierden mi confianza y seguramente nunca la recobren, porque es muy difícil volver a confiar en quien te ha mentido, no rompo la relación por esa razones, pero no puedo tenerles confianza nuevamente.

La cuestión es que muchos individuos creen que tener a otros bajo control los hace más grandes, que causar miedo a los coterráneos, es sinónimo de respecto, en ambos sentidos se equivocan, porque la grandeza comienza por ser útil y el respecto con tratar a los demás con dignidad. El despotismo y la manipulación son manifestaciones visibles de extrema debilidad y de un enfermizo síntoma de sufrir el terrible trauma de la inferioridad. Cuando el león se siente viejo y sin fuerzas recurre a lo único que lo puede hacer respectar, que son sus espeluznantes rugidos y de seguro a muchos les hará creer que está listo para el más feroz ataque, cuando en realidad ya está sin capacidad de respuesta y su poderío es inexistente, pues ha perdido sus dientes y sus mortales garras. Oí decir en una oportunidad, que “la mentira tiene patas cortas”, eso para mí representa una gran verdad, no te alíes, ni hagas compadrazgo con ella, sus pequeñas extremidades no te permitirán ir muy lejos.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.

   


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