Cuando hablamos de Dios se puede hacer desde la perspectiva de la incredulidad o de la fe, de la ignorancia supina o de la sabiduria divina, cada uno tendra razones para negarlo o reconocerlo, el asunto crítico es que todo se debe a una experiencia personal con El y no a un idealismo idílico de la fantasia mental.
El creyente genuino a tenido un encuentro personal con El y sus vivencias distan mucho de los mitos y leyendas que muchos han aceptado como realidad.Se puede hablar de Dios de la manera que se percibe o se quiera, pero tener relación con El, es escalar el monte y tener un encuentro directo y cara a cara.
Eso por supuesto tiene un precio y como es elevadísimo, muy pocos tienen la determinación para conseguirlo, Jesucristo lo resumio asi: el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mi ( Mateo.10: 39).
Aqui el asunto es que cada uno tiene que tomar su cruz, nadie puede llevar la cruz de otro, dicho de otra manera, la cruz es individual debido a que todos somos diferentes y en consecuencia la cruz tiene que ser distinta. Jesucristo llevo la cruz que solo el podia y era capaz de llevar y nosotros llevamos la que nos toca por elección divina, porque con esa es que alcanzaremos la medida del sufrimiento que somos capaces de soportar para la madurez espiritual,como esta escrito: No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.(1 Corintios. 10: 13).
Llevar la cruz es el nombre que se da al sufrimiento y el medio que Dios usa para perfeccionarnos, asi como no puede haber victoria eludiendo la batalla, tampoco puede haber perfección sin la tribulación, al contrario de lo que muchos piensan cuando ven a otro en el horno de fuego, y cavilan y creen que esta alli por malo y pecador, siendo en su totalidad este pensamiento opuesto a la realidad; muchos estan como el fariseo que invicto a su casa a Jesús :Al ver esto, el fariseo que había invitado a Jesús a comer se dijo a sí mismo: «Si este hombre fuera un profeta, sabría qué clase de mujer es esta que lo está tocando. Sabría que es una pecadora». Entonces Jesús respondiendo a lo que el fariseo estaba pensando, dijo: —Simón, tengo algo que decirte. Simón le dijo: —Dime, Maestro. Jesús dijo: —Dos hombres tenían una deuda con un prestamista. Uno le debía 500 monedas de plata y el otro le debía 50. Ninguno de los dos tenía dinero y no podían pagar la deuda, así que como no podían pagar, les perdonó la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará más? Simón respondió: —Me imagino que al que más le perdonó. Él le dijo: —Tienes razón. Jesús miró a la mujer y le dijo a Simón: —¿Ves a esta mujer? Vine a tu casa y no me diste agua para lavarme los pies, mientras que ella los ha mojado con sus lágrimas y los ha secado con su cabello. Tú no me saludaste de beso, pero desde que llegué, ella no ha cesado de besarme los pies. No me diste aceite para arreglarme el cabello, pero ella ungió mis pies con perfume en aceite. Te digo que se puede ver que sus muchos pecados le han sido perdonados y por eso ahora me demostró mucho amor. Pero al que poco se le perdona, poco ama.(Lucas. 7: 39 al 47 ) Jesucristo con sutileza le hace el reclamo a Simón, porque este obvio el protocolo judio para un huésped, se puede deducir que no concidero a Jesus digno de ello y lo coloco en una categoría de siervo inferior.
Nuestra humana limitación solo nos permite ver a otros por encima de su ropa y en el momento presente, para Dios no existe ningún limite, nos ve como si estuviéramos volteados al revés, escudriña hasta lo mas profundo y recóndito de nuestro ser y conoce a la perfección cada paso que daremos en el por venir.
Dios trabaja con nosotros conociendo todo en absoluto y deacuerdo a su presciencia establece la hoja de ruta que debemos hacer, solo espera que aceptemos sus designios para que permanezcamos en union con El aqui y en la eternidad.
BENDICIONES.
por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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