Que la vida nos sonría, que todo lo planifiquemos se alcance, que las ideas se cristalicen, que cada acción que emprendamos se realice, que cada día las cosas sean mejor, que no tengamos impedimentos para alcanzar las metas, que se cumplan todas nuestras expectativas. Pero todo eso es un conjunto de ilusiones que la mayoría se diluyen en la niebla del tiempo, porque la vida tiene sus vaivenes, los planes tropiezos, las ideas fuertes muros de contención, las acciones imponderables y desconocidos escollos en su ejecución, las expectativas incontables y variados inconvenientes, por lo tanto la vida traerá aparejado la dificultad con el éxito, los planes estarán asediados por el fracaso antes de su implementacion, las ideas se nublaran con negros presagios de irrealizables, las acciones encontraran poderosos obstáculos en el camino antes de concretarse, no hay seguridad de que las cosas anden bien, porque estamos en evolución constante y los cambios surgen para bien o para mal sin aviso anticipado, por lo general; ningún propósito que tenga valor esta libre de los sinsabores que ejerce la resistencia para su ejecución y las expectativas por lo normal sobrepasan con creses la realidad de la lógica, por estar ubicada en el plano de lo irreal e inalcanzable y sobre individuos de los cuales no tenemos control en lo absoluto.
Por estas y otras razones el éxito no se produce sin tener fieros combates con todas las fuerzas que se oponen, la vida no sonreirá sino destronamos el facilismo y la mediocridad, los planes no se conquistaran sino dirimimos la supremacía en los campos de batalla con todos los que se declaran antagonistas para su ejecución, las ideas no pasaran del pensamiento al terreno de lo tangible sin que los adversarios opongan férrea resistencia para su implementacion, toda acción demanda vencer la desidia, el conformismo y la postergacion, (procrastinacion) enemigos mortales en cada empresa que deseamos realizar, las cosas nunca mejoraran porque lo anhelemos, sino porque emprendamos la la ruda tarea de ser mejor, si queremos que otros cambien para bien, jamas se alcanzaran metas que valgan la pena, sino derrotamos toda asechanza y cada baluarte interpuesto en la ruta que nos lleva a la cumbre, nunca esperes que se cumplan las expectativas sobre los demás eso solo te traerá decepción y disgusto, esfuérzate al máximo en cumplir las que tengas sobre ti mismo y tendrás mas certeza de hacerlas realidad.
El que triunfa ha sido un guerrero manifiesto, que no ha rehuido pelear en todos los escenarios que le han presentado sus contrincantes, porque la vida de un vencedor esta lejos de la pasividad y letargo en que se hunden todos los que se conforman con la ineptitud y la inoperancia.
No esperes el triunfo en la comodidad que otorga el conformismo, sino en el teatro de operaciones que es la vida de un triunfador.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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