Siempre vivimos recordando, debido a que los recuerdos son parte vital de nuestra existencia, por eso el olvido en los humanos no existe, pues este no es natural en nosotros, no tenemos borrador del disco duro de la mente y esa es la razón por la que llegan a la memoria sucesos pasados en cualquiera sea la hora o momento menos oportuno.
Muchas veces quicieramos escapar de situaciones del pasado que no traen nada de alagueño en el presente, pero ni modo, es imposible eliminar lo que en la mente a quedado como marca indeleble, el hecho que rubricamos en determinado momento y aunque nos esforcemos por olvidar, solo logramos atenuar, porque de imprevisto y sin consentimiento alguno asaltara el entramado mental, reviviendo aquel pasado turbulento o sosegado según sea haya vivido.
Concluimos, teniendo en cuenta la manera en que pueda afectarnos los recuerdos, que solo viviendo un presente amable y grato tendremos recuerdos ídem, lo que fuimos seguirá siendo recordado, lo que hicimos continuara llegando en oleadas de diferente magnitud a la memoria, es razonable empeñarnos en vivir un presente de triunfo y agradable para recordar un pasado igual, lo que hacemos hoy son el eco y el reflejo de lo que recordaremos mañana.
Los recuerdos en algunos casos, no en todos se borran por entrar en un estado de demencia senil y en otros por alguna otra enfermedad, en otras condiciones es imposible.
Mientras tengamos salud, solo cuando se termine nuestro ciclo vital en esta tierra los recuerdos permanecerán inalterables, esforcémonos por vivir bien y todo recuerdo sera bueno.
Aprendí que de la única forma que los malos recuerdos no nos atormentan, es consagrando el pasado al Señor Jesucristo y creyendo con firmeza en su palabra: De modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 corintios. 5: 17).
Es la única manera de vivir en paz con los malos recuerdos producto de las malas acciones, porque a decir verdad ellos nunca te abandonaran, pero tendrás la oportunidad de usarlos a favor tuyo, para nunca olvidar de donde vienes o quien eras y para testificar del amor y misericordia del Rey de reyes y Señor de señores. Porque sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (romanos 8:28).
Es maravilloso que un pasado tempestuoso sirva para estar en un presente de paz y sosiego, imposible para el hombre y posible para Dios, solo vasta creer y aceptar a su Unigénito Hijo como Señor y Salvador, lo demás es obra sobrenatural del único Dios Omnipotente manifestado y revelado en Cristo.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo