Hay muchos misterios envueltos en la espesa cortina del tiempo, que ningún conocimiento humano hasta el momento ha sido capaz de descorrer; muchos aquí en nuestra propia morada y si hablamos del cosmos infinito, hay mas, que astros en el firmamento y esto es solo referido a lo tangible y visible a nuestros ojos y que esta comprendido en la esfera natural ¿ que tal todo aquello invisible y dentro del entorno sobrenatural y espiritual.
Los seres humanos estamos avanzando todos los días en el conocimiento, pero en esencia como diría el científico admirado por sus grandes logros, si es realista y objetivo: para lo que falta por descubrir, no he descubierto nada. Semejante a esta situación esta toda la gama de actividades humanas, comparando los viajes espaciales y las naves que lo han hecho en el espacio exterior, como la que hace poco amarterizo, después de unos cientos de días navegando, es indudable que es un logro, pero pirrico, sabiendo que podemos viajar a la velocidad de la luz por siglos y no saldremos de la sala, comparando la casa con el espacio sideral.
Pensando en la época de las cavernas y todo el trasiego hasta nuestro encumbrado mundo civilizado, que en los últimos decenios ha hecho avances significativos en muchos campos de la ciencia y el saber, al medirlo con el racero del entendimiento humano, nos ufanamos y asombramos al mismo tiempo, pero al ver el deterioro moral, que como eufemismo llamamos derechos humanos, nos damos cuenta que en este ámbito, no avanzamos, sino que retrocedemos.
El hombre de hoy en la consecuente búsqueda de la superación ha extraviado los valores morales y espirituales, que son los únicos diques de contención que pueden evitar que las turbulentas aguas que lo lleven al naufragio mortal y destructivo. Su progreso mental parece estar supeditado a logros estructurales, físicos y externos, esto se demuestra tácitamente al verlo ensimismado en la conquista del cosmos, sin lograr consolidar su permanencia terrenal, nos damos cuenta con cuanta impunidad y lenidad ha destruido su entorno por el desmedido afán por las riquezas, sin considerar las consecuencias devastadoras que su malsana inclinación a tener bienes materiales, le impulsa a la devastación sin limites.
Al hacer cuenta de los enésimos ensayos nucleares que ha efectuado con el objetivo de probar la potencia de armas de destrucción masiva, sacamos la conclusión lastimosa y pesimista que hay parte importante de la masa cerebral que esta en el umbral del troglodita, sin ser conquistada y obedece a acciones de pura naturaleza visceral.
¿Como explicamos inversiones astronómicas de los países desarrollados en aventuras espaciales y el 80% de todos las naciones del globo asignando recursos de toda índole en armamento bélico, mientras un tercio de la población mundial muere de hambre y pestilencia?.
¿No seria lógico preocuparnos por la humanidad, en vez de querer conquistar mundos, donde la posibilidad de sobre-vivencia es nula, porque no están hechos para individuos terrestres y de extraterrestres no tenemos la certeza de su existencia?.
Aquí cada día se experimenta con armas letales y todas apuntan a combatir al genero humano, estamos persuadidos de que debemos auto-destruirnos y me temo que lo vamos a lograr, por la simple razon que con las armas nucleares que tenemos, son suficientes para hacerlo cantidad de veces. ¿por que esa propensión al aniquilamiento? Debe ser porque nuestra mente esta predispuesta para el mal y eso solo tiene una explicación: tenemos a Dios fuera de nuestros planes y estos sin tenerlo encuenta, están hechos en las tinieblas y estas son ausencia de luz, total ausencia de Dios, porque Dios es luz.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.