viernes, 15 de julio de 2016

POR QUE NO RECTIFICAMOS.



Pensando en las causas que se puedan tener  para permanecer en una posición contra la corriente, conociendo la imposibilidad de remontarla he encontrado dos principales, las cuales comparto con Ud. Amable lector.

EL ORGULLO.

No hay más pésimo acompañante en nuestro viaje que el maquiavélico orgullo, este no nos dejara ver los peligros del camino, ni las señales que indican la ruta que debemos seguir, debido a que su misión es  distorsionar la realidad, mostrando un panorama completamente diferente al verdadero y cuando él tiene control de las emociones  caminamos en la dirección que a él se le antoje. Está alteración emocional ocasiona grandes contrastes en lo que queremos hacer y  es allí donde tenemos las complicaciones rudas y difíciles. Podemos tener buenas intenciones, pero tomamos malas decisiones y así obtenemos pésimos resultados.

El  orgullo se levanta como bastión inexpugnable en la batalla que libramos para  cambiar los acontecimientos debido  a que actúa en provecho de  las bajas pasiones que tienen asidero en el ego, el anula los planes, no impidiendo que se ejecuten, sino que siendo participante de ellos agrega el contenido que los haga fracasar, podemos compararlo con la sal, tan útil y necesaria en la cocina que al usarla sin control arruinara el más exquisito  de los platos.

El  orgullo no cambia los planes, simplemente los acompaña influenciando sobre ellos para que sean un fiasco, nadie que se cree auto suficiente camina solo, lo que pasa es que ha elegido al peor de sus acompañantes y como este no es tangible, no lo puede ver, solo recibimos las facturas del terrible costo que tenemos que pagar por su maligna compañía.

El que elige como compañero de ruta al orgullo, se dirige directo al precipicio y arrastra a todo el que le siga a la destrucción total.

El orgullo te hace creer que eres el mejor en todo lo que piensas o haces, por lo cual es innecesario el aporte, el conocimiento  y la ayuda de otros, él te mete en una burbuja que te aísla del mundo exterior impidiéndote conocer el desastre que originaron todas las malas decisiones y te lleva hasta el punto de no retorno porque el orgulloso  jamás rectifica.

LA INTRANSIGENCIA

La  Incapacidad para tolerar o aceptar la opinión o deseos de otra persona en contra de los propios--. Este es  el significado que enseña el diccionario, el cual nos muestra con  claridad una actitud de intolerancia total,  siendo inaceptable cualquiera sea las razones que exponga  el  interlocutor, de manera que no habrá fórmula para hacer cambiar de opinión a quien  obtusa-mente mantenga una posición antagónica

El intransigente se mantiene inflexible, nunca dará su brazo a torcer, debido al convencimiento de   estar haciendo lo correcto, esta suposición a ultranza impide que pueda reconocer  su equivocación desestimando cualquiera sea el concepto esgrimido por otros.

Como podemos darnos cuenta es un empecinamiento que raya en el fanatismo, algo que  va siendo en  extremo peligroso al mismo tiempo que los resultados le son desfavorables, por cuanto levantara los pendones de la irracionalidad y  trasegara por los intersticios de la oscuridad, con la mente segada por la terquedad y sellada con la obstinación.

Esta forma extrema de comportamiento es una manifiesta vesania que solo conduce al caos y la ruina total, tanto del que la padece, como de quienes siguen en sus delirios a estos alienados mentales.

por el  pastor: Fernando Zuleta V.




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