Sin duda alguna la peor guerra que libra el hombre es
consigo mismo , su permanente confrontación interna, que se
demuestra día a día al no poder
armonizar pensamientos, decisiones y practica con una asiduidad
constante en su fuero interno, no se puede andar en armonía, cuando la cabeza
ordena marchar hacia adelante y las extremidades van hacia atrás, para que haya
locomoción la orden emitida por el cerebro la obedecen todos los órganos y
sistemas involucrados y si alguno está imposibilitado de cumplirla por
deficiencia o ausencia total o parcial, será imposible o muy deficiente y penosa.
En una oportunidad estábamos tres
personas parados en la esquina de la casa, cuando se originó un corto circuito
en las guayas eléctricas, justo encima de nuestras cabezas, el más rápido en
reaccionar fue chucho y callo de largo en la mitad de la calle, los otros dos
nos olvidamos de la carrera y el peligro y vinimos con prontitud a levantar al
caído, cuando lo asimos para ponerlo en pie nos dijo: ¡cónchale, del susto se
me olvido que me faltaba una pierna! ( chucho era mocho)Después de que paso
todo nos explicó su reacción diciendo: lo que pasa es que fui testigo cuando un
cable de alta tensión se desprendió y
aun compañero lo partió en dos y ese recuerdo se revivió con mucha crudeza en
ese momento.
En esta particular experiencia, el cerebro emitió una orden
perentoria, obedecida si vacilación por todo el sistema defensivo, pero la
ausencia de un miembro frustro que se completara con éxito la decisión del
comando central.
Si los canales de comunicación no están funcionando con
fluidez y esto impide la interacción necesaria, nada de lo que salga del
comando central tendrá incidencia, ni
repercutirá en los lugares y las personas a quienes van dirigidos los mensajes.
En casos particulares como el ejercicio de la
política, es posible que el gobernante tenga buenas intenciones y pésimos
resultados en su gestión de conductor, la cuestión es que aunque esta sea la
realidad, jamás dejara de ser responsable por sus buenos pensamientos y malísimas
ejecuciones, la historia no absolverá al juez que por ignorancia o equivocación
aplique mal la justicia condenado injustamente al inocente a morir fusilado en
el paredón.
Poncio Pilato se lavó las manos como señal inequívoca de que estaba
libre de la injusticia más trágica que ha cometido la humanidad, de nada le
sirvió, ocupando un lugar en la historia
como un gobernante pusilánime y mediocre.
Reconocer la
equivocación es una actitud reservada para los valientes, permanecer en ella es una manía horrenda de los
cobardes, sabiendo perfectamente que hay
cosas que se pueden subsanar aunque la mayoría imposibles y como dice el refranero
popular: después de ojo sacado no vale santa Lucia.
¿Por qué fracasan los gobiernos? Porque tienen un
proyecto equivocado con la consabida idea que es insuperable y al aplicarlo en
la práctica no dan marcha atrás creyendo que al final dará los resultados
esperados y cuando se da cuenta de sus graves errores, el orgullo y la egomanía
los mantiene con las manos firmes al timón aun a sabiendas que la ruta que
lleva el barco lo hará pedazos contra
los arrecies coralinos.
Aquí en nuestro entorno se han aplicado políticas
completamente equivocadas, al pretender que regalándole a los más necesitados
las cosas los catapultaremos para salir de la pobreza extrema, monumental
error, porque al ser humano jamás se dignifica regalándole lo que necesita, de
esa manera quitamos de los individuos el poco valor que tienen, la mínima moral
que los acompaña y la exigua responsabilidad de que disponen. Cuando
acostumbramos a las personas a recibir si dar, a tener las cosas sin esfuerzo y
a sobrevivir sin responsabilidad de ninguna forma las dignificamos al contrario
las hacemos más indignas, porque dignidad se consigue por merecimientos y nunca
por decreto.
Un individuo con la mano siempre extendida para recibir dádivas, ha perdido toda capacidad de superación y se encuentra en el más bajo
nivel de auto-conmiseración, examinemos la historia y démonos cuenta que los
hombres han hecho grandes a los Estados, no han dependido del Estado, sino que
el Estado ha dependido de ellos, no es el Estado el que hace grandes a los
hombres, son los hombres los que hacen grande al Estado.
¿Por qué evocamos el pasado haciendo alusión a los
héroes y traemos sus ideas al presente y queremos aplicarlas aunque estén
obsoletas y sean arcaicas?, por la simple razón de que no se tiene ideas propias,
frescas y nuevas y al carecer de ellas estiramos la mano y las asimos haciendo copias y peor aun plagiando lo que en tiempos pasados funciono en algunos casos, pero
hoy son totalmente retrogradas e inaplicables.
La sal ha sido siempre un preservante de los alimentos evitado la corrupción de estos y especialmente en
las carnes de cualquiera sea el tipo y siendo tan buena en el pasado ¿Por qué
no la usamos en la misma proporción y magnitud? Bueno fue que se inventaron los
refrigeradores y las neveras.
Para mí el primer gran descubrimiento de la humanidad
fue el fuego y lo mantenían perennemente acumulando leña sobre él, todo el
tiempo, eso debía de ser tremenda responsabilidad, hoy en día, lo cargamos en
el bolsillo con un simple yesquero o una menospreciada caja de fósforos. ¿Por
qué no lo mantenemos acumulando madera sobre una pira? Porque surgieron nuevas
ideas que superaron las antiquísimas, que en su momento fueron la tecnología de
punta, pero hoy son inaplicables y ridículas.
Las ideas por supuesto surgen del pensamiento, los
gringos toman muy en serio esto y las
compañías tienen personas únicas y exclusivamente dedicadas a pensar,
los llaman súper taques y la misión de ellos es traer a los gerentes cualquiera
sea la idea por descabellada que parezca, para analizarla y considerar si es
plausible la puesta en ejecución, aquí es al contrario, se prohíbe pensar, el
jefe piensa por todos y los demás solo tienen que obedecer órdenes.
Cuando se trata de limitar lo único que en este
momento todavía es gratis, generamos la peor obstrucción al avance y el
desarrollo, si todos pensáramos y aportáramos ideas y tuvieran receptividad
otro gallo cantaría, no todas las idas son buenas, ni todas son malas,
tomaremos las buenas y desecharemos las malas, pero es deber escucharlas,
sopesarlas, considerarlas, analizarlas y tomar las que sirvan y ejecutarlas, de esa manera todos seriamos co-responsables
del fracaso o de la victoria.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.