jueves, 15 de octubre de 2015

¿PERSISTENTE O TERCO, DE QUE LADO ESTAS?




“La persistencia es la madre del éxito y la terquedad es la madre del fracaso"


La diferencia entre persistir y ser terco, es como la que existe entre la luz y la oscuridad, pues son antagónicos, aunque pueden parecerse como el trigo y la cizaña, porque el persistente insiste hasta alcanzar objetivos, mientras el terco, se resiste ante las utopías y las quimeras. El primero es visionario, el otro es iluso.


Un ser persistente ve en el horizonte el cumplimiento de sus sueños, un terco carece de la visión en su empecinamiento.


La persistencia transita el camino de las dificultades y las vence hasta alcanzar el objetivo, la terquedad se amalgama con los obstáculos y es absorbido y maniatado por ellos impidiéndole lograr algún propósito.


El persistente tiene un mapa que lo guía por el camino y se resiste a tomar atajos que le faciliten su conquista, el terco va a la deriva sin brújula ni timón y cuando encuentra un sendero no duda en transitar por el, aunque no conozca su final.


La persistencia tiene su premio en alcanzar metas trazadas y establecidas, la terquedad tiene su paga al ser reducido a la inoperancia y la impotencia. Un hombre persistente llega al cumplimiento de sus anhelos con la satisfacción del objetivo alcanzado, un ser terco malgasta su tiempo, recursos y energía y es coronado por la infelicidad y la amargura.


La persistencia encuentra en el trabajo concienzudo y permanente sus aliados para el triunfo, mientras la terquedad es el resultado del menosprecio a la sensatez y la humildad y su final es el caos y la angustia.


Un ser persistente mantendrá una sonrisa que lo identifica como ganador, un ser terco tendrá un rictus de angustia que lo señala como perdedor.


El persistente tiene iluminado el camino por los destellos de luz de cada paso dado en la certidumbre, el terco no puede ver, porque anda en la zozobra por un túnel a oscuras y sin final


La persistencia tiene bases sólidas para buscar el cumplimiento de sus metas, la terquedad se sustenta en las arenas movedizas que producen los sentimientos. Un hombre perseverante tiene la certeza de vencer las dificultades y alcanzar la realización de sus sueños, un hombre terco encuentra enemigos invisibles que le hacen tirar golpes al aire sin dirección, ni sentido.


La perseverancia manifiesta la fuerza del espíritu, mientras la terquedad entraña la contumacia del carácter. La perseverancia se abre a las posibilidades y la terquedad se cierra ante ellas.


Con la perseverancia obtenemos las llaves para abrir las puertas del triunfo y con la terquedad conseguimos mantener cerrados los cerrojos para alcanzar el éxito.


Por el pastor: Fernando Zuleta V.








































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