Los halagos a espíritus altivos
son como el fuego fuera de control, todo lo arrasa y lo destruye, porque ellos
tienen la capacidad de enajenar la mente y anular la razón, lo cual hace
imposible que se piense con equidad y se actué con equilibrio.
Los halagos son como una droga
cuando el organismo ha desarrollado tolerancia a ella, no se puede prescindir
de su ingesta con intervalos prolongados,
sin que sobrevenga la ansiedad y
comience la crisis por la necesidad de consumirla, por esa causa los que sufren
de megalomanía se rodean de aduladores, porque reclaman con urgencia individuos
sin carácter que con palabras lisonjeras, les aseguren que todo va bien, aun
cuando el mundo se esté haciendo pedazos a sus
pies.
Anécdota: un hombre de ciencia
llego a ver sus fracasos como el resultado de la envidia de los demás y
haciendo un plan secuestro a un grupo de personas, para persuadirlas de que lo
apoyaran y dieran crédito a su descubrimientos, que aun no eran tales por no
haberse concretado y viendo la exposición unas de las victimas le siguió la
corriente y se puso de su lado dándole la razón en todas sus afirmaciones, los
demás sorprendidos y molestos con esta situación trataron de agredirlo, ante tal disyuntiva el secuestrador, saca de en medio a su inesperado compinche
diciéndole: Ud. si es un hombre sensato que entiende a los genios, y con
personas así es que se puede conquistar el mundo, le explicare con todo detalle
lo que quiero alcanzar, a todas estas en un descuido de su victimario lo redujo
a la impotencia y se comunico con la policía para que se hiciera cargo del
lunático y fue a liberar a los que estaban cautivos y darle las gracias por haber
entendido su plan, a lo que ellos replicaron: nosotros no sabíamos lo que Ud.
Estaba planeando, al contrario, lo que quisimos fue reducirlo a la impotencia, porque si la situación era
difícil con un loco ,¿ cómo se iba a poner con dos?.
El asunto es que este hombre sin
control, lo que deseaba eran elogios, halagos, lisonjas, todo aquello que
elevara su ego y el héroe de la historia lo comprendió de inmediato y actuó
sobre la marcha tan convincentemente que engaño a propios y extraños para
lograr el objetivo final.
En situaciones de peligro nunca
debemos llevar la contraria a quien tiene el control, sino en casos extremos
cuando no existan otras alternativas.
El halago es bueno si esta sostenido sobre estas dos bases: el que
lo da lo hace con sinceridad y el que es objeto de él, lo recibe con humildad.
La historia está llena de relatos
sobre individuos que se sintieron superiores a todos y se elevaron a alturas si
limite, reclamando la supremacía de su grandeza y exigieron reconocimiento y
promovieron el culto a la personalidad, sin ningún recato, ni medida, pero
también está llena de los que se vendieron y se sometieron al vejamen de perder
su propia identidad para satisfacer
el engreimiento y la altanería de quienes se creyeron mayores que los demás y predestinados a ser los amos del mundo.
Si no hubiera monas y monos no
tendríamos monitos. De la misma manera si no existieran aduladores, no
tendríamos megalómanos. La Biblia refiriéndose a estos lo llama necios y
haciendo un contraste dice: la lengua de
los sabios adornara la sabiduría, mas la boca de los necios hablara sandeces, (Pr.15:
2)
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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