En tanta maldad, en el dolor de
los niños abandonados, en los quedaron huérfanos, en los que sufren por el
fragor de las guerras, que los mayores desataron y ellos son los que reciben
las peores consecuencias.
En las naciones que se debaten
entre la barbarie de mentes desquiciadas que asesinan por las causas mas nimias
a sus congéneres, sin rastros de compasión, que muestran una visión dantesca de lo que es el hombre sin
temor de Dios.
En los pueblos que tienen hambre
y están acorralados por las enfermedades, padecen calamidades como las guerras
y ven un futuro incierto y están sin esperanza.
En la bomba de tiempo que los
descubrimientos y la tecnología han
convertido la tierra, en el botadero de basura que las potencias han hecho de
los lagos, océanos y gran parte de la geografía universal.
En la terrible contaminación de
la atmósfera que las naciones altamente industrializadas han ocasionado en
nombre del progreso y mejor calidad de vida.
En las cantidades de especies
extintas de la fauna y de la flora por la invasión ilimitada de su hábitat
natural y por el uso y abuso indiscriminado de las riquezas naturales, con la
consecuente eliminación de las cadenas que rompen el equilibrio para la
sobrevivencia.
En las cifras exorbitantes que
los países ricos de la tierra invierten en armamentos y en el desarrollo de armas
cada vez más letales para aniquilamiento del mismo hombre, siendo los aportes
para paliar las necesidades de los pobres irrisorios, que debían de llamarse
limosnas y no aportes, por las diferencias abismales entre unas y otras.
En el desborde sin precedente de
la maldad en todo su apogeo y como los Estados aprueban leyes antinaturales dándole
enfoque de modernismo y libertad a todo aquello que atenta contra la moral y
las buenas costumbres en abierto desafío al Creador y en clara rebelión a sus
mandatos y leyes establecidas por El, como Señor y Amo absoluto del universo.
En la obscuridad en que la
ambición ha sumergido a las mentes, cuando sus pensamientos solo
están alineados para obtener dinero y poder, sin detenerse ante nada, ni ante
nadie para alcanzar sus objetivos y aplican la sentencia diabólica que el fin
justifica los medios.
En que los líderes con respaldo
económico, militar y tecnológico que se creen dueños absolutos del mundo y de
decidir la vida de los demás pueblos de la tierra, sin pensar en la pequeña
posibilidad que el Rey de reyes y Señor de señores se pueda disgustar y solo
con ejércitos de avispas derrotarían su sofisticado y poderoso engranaje
guerrerista.
QUE SE PUEDE HACER…
Recurrir a la Palabra de Dios,
asirnos de ella, obedecerla y hacer lo que nos compete humanamente y dejar en
las manos de Dios lo milagroso e imposible para nosotros, como dicen la Santas Escrituras: porque en el
evangelio la justicia de Dios se revela por fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá… ¿de dónde vendrá
mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra… Jehová
es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente el culpable…
el que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlara de ellos. Luego hablara
a ellos en su furor, y los turbara con su ira… (Rom. 1: 17; Sal 121:2; Nah. 1:3;
Sal. 2:4-5)
Clarito como la mañana cuando
sale el sol.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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