martes, 17 de abril de 2018

LA ORACION QUE ENCUENTRA RESPUESTA.

La oración que no tenga origen en el corazón de Dios no es respondida.
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. (Stg. 4: 3)
La actitud del corazón a la hora de interceder es el reflejo de la comunión con Dios, porque la oración que es respondida, sale de las entrañas de Dios y jamás de los sentimientos de los hombres. Debemos tener en cuenta que esto se debe a la inclinación natural que tenemos de querer obtener beneficios personales y aunque no está descartada la intercesión personal, el intercesor como tal, siempre está expresando  el anhelo de que otros sean alcanzados por las bendiciones del Eterno Señor.
Nuestra propensión a querer acaparar el beneficio personal y del entorno (familia, amigos conocidos o simpatizantes) hace que la oración tome un matiz preferencial y esa actitud esta en oposición con la voluntad de Dios en un alto porcentaje. Solo basta por recordar las enseñanzas de Jesucristo al respecto: pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los  que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen. (Lc. 5: 44) ¿En donde aparece aquí que la oración es solo para beneficio personal?
De todas maneras la oración es para beneficio de todos y ella lleva implícito el sello de Dios que es el más grande y seguro benefactor que tiene la humanidad, aunque la mayoría no lo sepa o lo rechace.
Podemos orar por nosotros mismos y es completamente valido, pero toda oración sale de la voluntad misericordiosa de Dios, que usa al Espíritu Santo como enlace perfecto para hacernos conocer el sentir del Padre, transmitirlo al espíritu humano y así darnos a conocer que oración quiere Dios que hagamos, para El hacer su santa Voluntad. El Espíritu escudriña todas las cosas, hasta las cosas profundas de Dios (1cor. 2:10), queda claro que la relación del intercesor con su Hacedor resulta de primordial importancia, porque si no es buena, no podrá haber comunión íntima, que se hace evidente por medio de la oración.
Quien ora en comunión con El Espíritu Santo, está en la presencia del Dios Omnipotente.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.

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