El comunismo es una filosofía que
promete la libertad física del hombre y aprisiona su alma y espíritu.
Se parece mucho a una vitrina donde se exhiben
esmeraldas talladas, que solo muestran la obra realizada para ser admirada,
pero que no cuenta la historia de cómo se logró obtenerlas, en muchos casos se
consiguieron a sangre y fuego y es el resultado de terribles y mortales
batallas entre los que propugnaban su comercio.
El socialismo
promueve la igualdad haciendo a todos sus seguidores miserables.
Porque tanto el
que se aprovecha de la ingenuidad o ignorancia de sus seguidores,
explotándolos, física, emocional y mentalmente, como los que son víctimas de
esta canallada, todos viven una vida miserable.
No es solo
miserable el que vive en la inopia física, sino también el vil explotador del
desvalido.
La miseria humana tiene dos caras. El que
la produce y el que la sufre.
Esto se parece
mucho a lo que los psicólogos llaman una relación sado-masoquista, uno le gusta
torturar y al otro le gusta ser torturado, el sádico se siente realizado
haciendo sufrir y el masoquista
sufriendo. Me parece por los vientos que soplan que esta situación es la
que estamos viviendo en Venezuela, tenemos un gobierno que disfruta al
máximo el sufrimiento y la calamidad que
estamos viviendo y un pueblo que sufre
esa terrible enfermedad espiritual y
disfruta vivir en la indigencia y al borde del colapso físico por el hambre y
falta de medicinas, y por la terrible escases de bienes y servicios, pero que
no son limitantes para seguir apoyando tanta deshonestidad, corrupción,
aberración y morbosidad de los gobernantes irredentos de turno.
Quien no quiere creer en la verdad es
entregado a creer en la mentira.
Por
eso Dios les envía un poder engañoso, para que crean en la mentira.( 2 Ts.
2:11).
Todo el que cree que esta situación de
Venezuela obedece solo a tener un mal gobierno, solo tiene la verdad a medias,
porque esa es una verdad, pero la otra y más poderosa y de la cual se derivan
las demás es espiritual, la proliferación
para señalar solo una causa, la del santerismo tiene su apogeo cuando los
gobernantes se asocian con todas estas fuerzas satánicas y como conductores de
masas abren las puertas del infierno a todo poderío de las tinieblas,
participando de ritos diabólicos, dando impulso a toda serie de abominaciones y
con ello entregando al país en las fauces del averno. No es coincidencia que
situaciones económicas sin control se alineen para llevarnos a la miseria del
momento, sino la consecuencia directa de rechazar la verdad del Único Dios
Verdadero y cambiarla por la mentira de la falsedad que representan los
demonios que se escudan de tras de toda creencia religiosa con apariencia de
piedad, pero que esconden sus pretensiones
de destruir a todo el que cree en la
verdad manifestada en JESUCRISTO.
Saque sus propias conclusiones.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
majestuoso
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