jueves, 23 de abril de 2015

¿VIDA NATURAL O ARTIFICIAL?



Las maquinas jamás conquistaran el mundo, por  las mismas razones  que nunca lo hará el hombre: a ellas les falta la inteligencia natural del hombre y este la sabiduría sobrenatural de Dios.

La idea de que las maquinas  gobernaran el mundo, son el resultado del ateísmo, porque solo aquel que niega la existencia de Dios podrá albergar tan oscuros pensamientos, que han dado origen a  la evolución  y con ella quieren sacar de escena a Dios, determinando que el origen de la vida es producto del azar  y que somos descendientes directos de los gusarapos, si somos un bicho evolucionado, no hay razón para no creer que un día las maquinas tendrán alma, pensaran por sí mismas y determinaran sus propias normas de sobre-vivencia y así como el hombre rechaza su origen y ha establecido su propio código de conducta, es de suponer que los robots harán lo mismo y desconociendo su origen y negando su paternidad, se revelaran contra su creador y lo borraran de su existencia.

Las maquinas son creadas por mentes finitas, esto las hace herederas de todas las carencias humanas, de esa manera exhibirán todos los defectos de su creador  y la incapacidad total de independencia.

La inteligencia artificial, es una buena definición para todo aquello creado por el hombre que sea capaz de realizar algunas tareas de la mente humana,  específicamente pensar, algo carente de toda lógica, porque pensar es un atributo transferible de Dios  dado al hombre para que pueda  ser creativo, pero jamás puede usarlo a discreción y darlo a quien le plazca.

La idea desde que se inició la cibernética, de que se llegara el momento en que los robots superaran a su creador  llegando a tener control del mundo, aniquilando la raza humana, o esclavizándola, es natural, por el simple hecho de que no sabemos hasta donde nos pueda llevar el desarrollo de esta  novísima tecnología, por la imposibilidad de conocer el futuro, entonces surgen las teorías y se da lugar a las especulaciones, ambas sin base legal al no estar sustentadas en verdades absolutas.

La incertidumbre del ser humano está ligada íntimamente a vivir condicionado por las circunstancias y a la carencia de certeza total, de lo que pasara después. Cuando sabemos con seguridad  las cosas, no pueden existir los nubarrones de la inseguridad que empañen la visión de ese conocimiento, el problema surge cuando no hay certeza y de abre  el amplio abanico de las posibilidades, entonces llegan en tropel todos los demonios de la duda a señalar cada una de las vías del amplio radio que ocupa el delta, indicando que no hay seguridad por cuál de los canales es que se debe navegar para continuar con la travesía.

Cuando no conocemos  las bifurcaciones del  camino y por cual de ellas hay que andar, lo más seguro es tomar la ruta equivocada, porque se trata de un acertijo y por regla general todo lo que se decide al azar, no da un resultado concreto.


Las especulaciones son uno de los tantos intentos de la mente por conseguir  respuestas a lo que no puede determinar con seguridad y entonces cae en el amplio mundo de lo hipotético, donde se va a los extremos de que todo puede suceder  o nada puede pasar. Este tipo de antagonismos es lo cotidiano, porque son parte del mundo real donde vivimos y forman nuestra humana naturaleza que siempre está  caminando por las bifurcaciones de la vida, experimentando los polos opuestos en cada paso, sintiendo frió y después calor, aparece la luz del sol y la oscuridad de la noche, se va el optimista y aparece el pesimista, así se nace y se muere. Por todos lados hay dualidad, y antagonismos ¿y quién escapa? Solo el que este en las manos de Dios, en el cual no existen ni los vaivenes, ni las variaciones naturales de la humanidad, porque Él es el compendio de la perfección absoluta.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.

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