La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas el 8 de febrero de 2005, define la impunidad como:
La inexistencia, de hecho o de derecho, de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones, así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y, en caso de ser reconocidos culpables, condena a penas apropiadas, incluso a la indemnización del daño causado a sus víctimas.1
El significado más preciso es: la
falta de castigo ante cualquier violación de la ley
La verdadera celebración del
nuevo año 2014 la tuvimos en Ocumare en la calle Mariño y sus adyacencias,
sector Sabana de la Cruz, el pasado 2 de
enero a partir de las 10:25 PM, cuando se desato un enfrentamiento de pandillas
donde las armas automáticas descargaban andanadas de cargas mortíferas repetitivamente
al menos durante una hora, continuando su enloquecedora estridencia con intervalos aun pasadas las 4 AM del
siguiente día.
Durante este periodo donde todos
los vecinos de este sitio estuvimos expuestos a ser heridos o a morir
impactados por las mortíferas balas de quienes tienen el imperio de la muerte
en estos lugares y aun pasadas más de 50 horas de tan lamentable episodio, ni
siquiera ha pasado una patrulla policial, aunque sea con el objeto de pasear o
echarse aire ¿Nos preguntamos? si una balacera de esas proporciones que se
escucho a cientos de metros a la redonda , no ejerció motivación de los cuerpos
de seguridad del estado, no llamo su atención, ni fue motivo de alarma para
quienes pomposamente anuncian reiterativamente que son los garantes de la
seguridad y la paz de la ciudadanía ¿Qué
entonces llamara su atención y los impulsara a actuar?
Cuando hablamos de impunidad nos
referimos expresamente a los delitos sin castigo, pero esa impunidad comienza
en los encargados de mantener el orden y la ley y si ellos no tienen ningún interés
en conocer los autores y las
consecuencias de hechos demenciales como el estamos describiendo ¿Cómo hacen
para calificarse como garantes de la paz? Esta situación me recuerda mucho la desfachatez y el cinismo del
otrora y terrible capo del narcotráfico colombiano: Pablo Escobar, que inundo
al mundo de la maldita droga y era el mecenas de centros de rehabilitación para
drogadictos en su natal Medellín.
Cuando era taxista en Caracas, en
muchas ocasiones transporte militares de
distintos rangos o funcionarios (policías) y en la conversación que se establecía
en cantidad de oportunidades me averiguaban si necesitaba algún armamento,
aduciendo que cualquiera que fuera estaban en la capacidad de proporcionarlo. Si
un hombre trabajando honestamente, alejado de cualquier manifestación delictual,
tenia al alcance conseguir armas de cualquier tipo ¿Qué quedaría para los transgresores de la ley y que viven al margen
de ella?
Me causa hilaridad oír hablar al gobierno
de paz, cuando el brazo que ejecuta y es garante de la ley se ofrece y
proporciona las armas para que se cometan los crímenes y asesinatos de
cualquier naturaleza. Tenemos una colección de conchas y balas que hemos
recogido y en todas dice cavim. ¿No es esta una dependencia del ejército encargada de fabricar las municiones para los
cuerpos de seguridad del Estado y el ejército bolivariano de Venezuela?
Tengo entendido que su uso es estrictamente
militar ¿porque entonces cualquiera puede obtener tanto el arma como el aprovisionamiento
para ellas y de esa manera armar hasta los dientes a las miles de bandas que
pululan en todo el país. Aquí en nuestro entorno hay bandas casi en cada
esquina y ellas dirimen su supremacía en las calles plomo limpio y los ciudadanos
de a pie sufrimos en carne viva todas las atrocidades y desmanes de quienes por
medio de la violencia y el amedrentamiento tienen el control de estos lugares
que ni siquiera tienen comparación con el virulento y antaño oeste americano, porque allí todos andaban
armados, pero aquí solo los de baja calaña y malvivientes. ¿Será que el
flamante gobierno está esperando que el pueblo tome la justicia por sus propias
manos y se convierta en juez y verdugo
de sus conciudadanos? O tiene la remota esperanza que ellos se aniquilen entre sí,
como las vacunas con el sistema de virus atenuados que cuando el individuo es
atacado por un virus contrario despierta del letargo al que está dormido,
comenzando una feroz batalla, hasta que terminan destruyéndose mutuamente
dejando a la persona indemne.
Con certeza absoluta hay que tomar
otras alternativas o las armas y las balas serán los únicos interlocutores de
las próximas generaciones.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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