Estamos
iniciando un proceso de re-dimensión de toda la parafernalia conocida hasta el
momento por la raza humana. Esto se ha presentado no por el uso adecuado de los
recursos que el supremo Creador nos ha obsequiado en su magnanimidad, sino por
el mal uso y la depredación que hemos hecho de ellos.
No hemos
evolucionado al contrario, hemos involucionado; en este momento de zozobra
mundial, es cuando más preguntas se quedan sin respuesta y los especialistas en
supercherías y los expertos en hipótesis lanzan conjeturas de todos los
calibres, echándole gasolina al fuego y contribuyendo de esa manera a exacerbar
los ánimos, creando más angustia y temor al conglomerado lleno de estupor que
contempla enajenado como en un santiamén el mundo da un giro de 180 grados,
creando un panorama de líneas difusa imposible de descifrar.
Las preguntas
se aglutinan, como los glóbulos blancos en los ganglios cuando un extraño
invasor amenaza con atacar el organismo, así se atiborra el cerebro de
interrogantes sin respuesta, que toman el atajo de la especulaciones producto
del temor dominante y no del razonamiento de mente clara y equilibrada.
La especulación
crea el caos y este a su vez allana el camino a la destrucción. El miedo
controlado es beneficioso, pero el pánico es letal, la sindéresis se hace del
control de las circunstancias, pero terror acogota la gente y embota los
sentidos.
Quien es
presa del pavor no tiene la capacidad de calcular las dimensiones de sus acciones,
por lo cual el abismo lo atrae a sus fauces insaciables, para destruirlo.
La tierra no
es un lugar seguro, de la nada surgió un diminuto ser que ha puesto de rodillas
al mundo entero, emitiendo el decreto de casa por cárcel a toda la humanidad y
en conchupancia con toda autoridad terrenal hace que se cumpla irrestrictamente
tan absurdo dictamen.
La tierra en
toda su magnitud está bajo el control rígido de un minúsculo ente, que sin
emitir voz alguna proclama obediencia a todas sus decisiones. Que contradicción
más disparatada, no hemos querido someternos al amor de Dios Omnipotente.
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