martes, 7 de abril de 2020

LOS RÍOS VIENE DEL MAR (segunda parte)


            La aparición de este ínfimo personaje ha sido achacada a tres fuentes diferentes, según la percepción individual:
1.     Que es una plaga enviada por Dios, para pasar factura a la humanidad por su intemperancia y arrogancia.
2.     Que es una creación satánica para destruir la vida humana.
3.     Que es una manipulación humana, con el fin de tener el control económico mundial, creando un nuevo orden.

En lo personal, no tengo ningún interés en el origen de tan nefasto personaje, porque sea cual sea su procedencia, el único que tiene poder para erradicarlo es Dios Todopoderoso.

Dios es el único ser que convierte los errores y desatinos del hombre en oportunidades para mejorar y cambiar su trasiego en esta tierra. Aunque para todos el momento es tétrico y para muchos nimias las posibilidades de salir avante de este capítulo escabroso de la historia humana, no todo apunta a una calamidad sin final, sino que al pasar por el tamiz formado por la impotencia y la desesperanza cambiara de manera radical la perspectiva del planeta y la cosmovisión del mundo.

Con toda certeza la historia de la humanidad iniciara un nuevo ciclo, en antes y después de este aciago tiempo, pero sobretodo valorara más su vida espiritual que los elementos materiales que componen este universo inconmensurable.

Si Dios quisiera aniquilar la humanidad, con un solo y leve soplo de su formidable ser, no quedaría vestigio, ni rastro de la existencia de todo ente viviente sobre la esfera terrestre, con solo ordenarle a la tierra que detenga sus movimientos de traslación y rotación, los elementos en poquísimos días se confundirán ardiendo, produciendo una conflagración indetenible, que dejara un planeta chamuscado y con el hedor característico de todo lo que ha sido consumido por un fuego devastador, sin ningún rastro evidente de vidas pasadas, ni huellas de ninguna civilización pre-existente.

Dios permite lo que está pasando como una demostración de que es misericordioso, tardo y lento para la ira, con este imperceptible toque solo quiere que veamos lo extremadamente vulnerables que somos, la aparición de este germen oprobioso ha puesto de manifiesto la incapacidad humana de subsistencia sin la presencia de su Señor y Hacedor. Esto clarifica con luz resplandeciente que el único ser independiente en el universo que no necesita de nada, ni nadie para para existir es el Eterno, Gran Yo Soy, todo lo demás depende de quién es Amo y Dueño del universo.

No estamos solos en este cosmos infinito, aunque la mayoría desearía no tener tutelaje, ni rendir cuentas a nadie, no es ase para infortunio de ateos, escépticos o indiferentes, tarde o temprano todos nos encontraremos con el Único Juez Justo del Universo a quien tendremos que presentar resultados de nuestra pasantía terrenal.

Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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