La aparición de este ínfimo
personaje ha sido achacada a tres fuentes diferentes, según la percepción
individual:
1. Que es una plaga enviada por Dios,
para pasar factura a la humanidad por su intemperancia y arrogancia.
2. Que es una creación satánica para
destruir la vida humana.
3. Que es una manipulación humana, con
el fin de tener el control económico mundial, creando un nuevo orden.
En lo
personal, no tengo ningún interés en el origen de tan nefasto personaje, porque
sea cual sea su procedencia, el único que tiene poder para erradicarlo es Dios Todopoderoso.
Dios es el único
ser que convierte los errores y desatinos del hombre en oportunidades para
mejorar y cambiar su trasiego en esta tierra. Aunque para todos el momento es tétrico
y para muchos nimias las posibilidades de salir avante de este capítulo
escabroso de la historia humana, no todo apunta a una calamidad sin final, sino
que al pasar por el tamiz formado por la impotencia y la desesperanza cambiara
de manera radical la perspectiva del planeta y la cosmovisión del mundo.
Con toda
certeza la historia de la humanidad iniciara un nuevo ciclo, en antes y después
de este aciago tiempo, pero sobretodo valorara más su vida espiritual que los
elementos materiales que componen este universo inconmensurable.
Si Dios
quisiera aniquilar la humanidad, con un solo y leve soplo de su formidable ser,
no quedaría vestigio, ni rastro de la existencia de todo ente viviente sobre la
esfera terrestre, con solo ordenarle a la tierra que detenga sus movimientos de
traslación y rotación, los elementos en poquísimos días se confundirán ardiendo,
produciendo una conflagración indetenible, que dejara un planeta chamuscado y
con el hedor característico de todo lo que ha sido consumido por un fuego
devastador, sin ningún rastro evidente de vidas pasadas, ni huellas de ninguna civilización
pre-existente.
Dios permite
lo que está pasando como una demostración de que es misericordioso, tardo y
lento para la ira, con este imperceptible toque solo quiere que veamos lo
extremadamente vulnerables que somos, la aparición de este germen oprobioso ha
puesto de manifiesto la incapacidad humana de subsistencia sin la presencia de
su Señor y Hacedor. Esto clarifica con luz resplandeciente que el único ser
independiente en el universo que no necesita de nada, ni nadie para para existir
es el Eterno, Gran Yo Soy, todo lo demás depende de quién es Amo y Dueño del
universo.
No estamos
solos en este cosmos infinito, aunque la mayoría desearía no tener tutelaje, ni
rendir cuentas a nadie, no es ase para infortunio de ateos, escépticos o
indiferentes, tarde o temprano todos nos encontraremos con el Único Juez Justo
del Universo a quien tendremos que presentar resultados de nuestra pasantía terrenal.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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