Es un término poco grato y menos aceptado por la generación de
turno, debido a que implica disciplina y renuncia al ego, cada vez más
inclinado a vivir al margen de lo ético y moral. Cuando se oye la palabra sujeción,
lo primero con que la relacionan es sometimiento, y a decir verdad son
situaciones opuestas y en total antagonismo.
Sujeción es determinar hacer o vivir de acuerdo normas
establecidas, divinas o terrenales ejerciendo el libre albedrío. Ello no
implica coacción o infiltración, sino decisiones personales tomadas al margen
de detractores o críticos y conlleva a una conducta opuesta a la rebeldía que
entre otras cosas define el carácter intemperante de la mayoría de nuestros coterráneos.
Sometimiento implica coartar y subyugar, algo que no tiene
que ver con decisiones de quien está sometido, por cuanto no se tiene en cuenta
su voluntad, ideas u opiniones, usando todo tipo de medias coercitivas para
obligarlo a realizar en contra de sus propias convicciones lo que otro se le antoje.
La sujeción es voluntaria, el sometimiento es involuntario,
una mujer que ama a su esposo le atenderá con agrado y con gusto, una que le
teme lo atenderá por miedo. De las dos formas se obtienen los mismos
resultados, pero las consecuencias serán muy diferentes al final. En una
comiquita de hace muchos años un zorrillo confundió a una gata con una hembra
de su especie y la resistencia de la gata a sus pretensiones, acicateo en él,
el deseó de poseerla, con seguridad por el olor fuerte de ellos, la minina huyo
rehusando todas sus galanterías, el asunto es que al final el zorrillo está
cantando una oda al amor diciendo: tanto que cuesta el amor, pero al fin somos
felices..., al fondo se ve la gata con una segueta cortando los grillos que la
someten y la obligan a hacerle compañía.
La sujeción es libertad de acción y decisión, el
sometimiento es arbitrario y opresor y se usan métodos que contrastan con la
legalidad, aquí en Venezuela tenemos las recetas más atroces del gobierno para mantenerse
ejerciendo el poder, juegan con las necesidades básicas, como es el alimento
decidiendo quien tiene derecho a recibir la depauperada caja del clap (compartimos
la putrefacción) que no alcanza sino para 3 días si la familia es de 4
integrantes y el resto de los días se come
aire molido y viento raspado.
No se someten a las personas solo si están atadas a
grilletes y cadenas, si les restringimos el acceso a los bienes y servicios, si
los acosamos, si les impedimos el libre tránsito, si los hacemos dependientes
de dádivas, si por temor los obligamos a elegir, si con mentiras los
controlamos, si con falsas promesas los engañamos, si ponemos trabas en todo trámite
para obstaculizar la legalización de documentos para emigrar y otras tantas
modalidades totalitarias que restringen y minimizan la voluntad de los
individuos, todas son formas maquiavélicas de sometimiento, pero a todos estos titiriteros
improvisados les tengo una mala noticia, en pocos días los hilos con que han manejado
las marionetas se romperán y se quedaran sin control sobre el sufrido pero
digno pueblo venezolano.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.